Indiferencia total. Así ha sido la reacción de Isabel Pantoja a la muerte de Julián Muñoz en la madrugada de este martes. La tonadillera se enteraba de la noticia horas a través de su hermano Agustín Pantoja y, aunque fueron pareja durante seis años, el periodista Antonio Rossi revelaba en 'Vamos a ver' que su fallecimiento le dio "igual" porque hace mucho tiempo que "no quiere saber nada" sobre el exalcalde de Marbella, al que siempre ha culpado de su entrada en prisión por un delito de blanqueo de capitales.
Sin embargo, y al margen de si se le removió o no algún sentimiento -algo que no llegaremos a saber- la muerte de Julián sí podría provocar en la cantante un cambio de planes, ya que aunque todo está preparado desde hace semanas para que se mude a Madrid, podría optar por quedarse en su refugio de Cantora una temporada porque quiere evitar a toda costa a la prensa -con la que hace unos días protagonizaba un tenso enfrentamiento en el aeropuerto de Tenerife llamando "imbécil" a una reportera a la que ordenó a gritos que se callase- y que le pregunten por el fallecimiento de su expareja. Algo que no será posible, puesto que este viernes ofrece el último concierto de su gira '50 aniversario' en Alcalá de Henares y no le quedará más remedio que reaparecer ante las cámaras.
Coincidiendo con el fallecimiento de Muñoz, Isabel recibía este martes una llamativa e inesperada visita. A mediodía, la notaria de Medina Sidonia llegaba a Cantora en un coche de alta gama para entregarle algún tipo de notificación o realizar alguna gestión, aunque no ha trascendido si estaría relacionada con la venta inminente de la finca ante su traslado definitivo a Madrid.
Era Agustín el encargado de abrirle la valla y, tras escasos minutos en el interior, la notaria abandonaba el lugar a toda velocidad sin hacer declaraciones a la prensa ni explicar el motivo de su visita.
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