La inteligencia artificial (IA), que está revolucionando muchos ámbitos de la vida, supondrá un "cambio de paradigma" en la investigación científica y, sobre todo, en el cáncer, donde ya se usa para detectar y diagnosticar, y para desarrollar más y mejores medicamentos contra esta enfermedad. Y solo es el principio.
Así lo han dicho la directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), María Blasco, y los científicos Alfonso Valencia -del Barcelona Supercomputing Center (BSC)- y Nuria Oliver -pionera de la investigación en IA- quienes han participado este martes en un acto del CNIO para celebrar el Día Mundial de la Investigación del Cáncer que se celebra este martes.
"El camino más certero para curar el cáncer es tener investigación" y para investigar es necesario hacerlo "desde todos los ámbitos posibles y con todas las herramientas disponibles", ha dicho Blasco.
Por eso, desde hace años el CNIO trabaja en grupos dedicados al metabolismo, la metástasis, la investigación clínica, la biocomputación, la inmunología, y la biología estructural y la química, y todos ellos "ya usan la IA", ha asegurado.
Los investigadores del CNIO emplean la IA para hacer análisis genómicos y de imágenes y para predecir estructuras de proteínas, entre otras cosas, lo que les permite buscar nuevas dianas terapéuticas, desarrollar nuevos fármacos, saber cómo evolucionará un tumor y abrir nuevas vías de investigación.
"La evolución del CNIO siempre se ha adaptado a los cambios en los paradigmas científicos y las nuevas tecnologías. La IA es uno de estos nuevos paradigmas", ha concluido la responsable del CNIO.
Por su parte, el director del Departamento de Ciencias de la Vida del BSC, Alfonso Valencia, ha explicado que la IA está teniendo un papel transformador en la investigación del cáncer, al facilitar la gestión de grandes volúmenes de datos, como genomas, imágenes o información no codificada, que están ayudando a mejorar la detección y el diagnóstico del cáncer.
Además, está produciendo avances espectaculares en la predicción de las consecuencias de mutaciones asociadas a cáncer, y en la evaluación de respuestas potenciales a medicamentos, algo esencial para personalizar las terapias, y también está teniendo una influencia radical en el diseño de nuevos medicamentos y terapias.
Y también está siendo de gran ayuda para hacer "gemelos digitales" que simulan la evolución de tumores y permiten estudiar posibles tratamientos.
En definitiva, "estas tecnologías nos están sirviendo para mejorar nuestra comprensión científica del cáncer y la práctica clínica en todas las etapas de la trayectoria de paciente" y, probablemente, en la próxima década permitirán evaluar los datos del paciente en tiempo real, ha pronosticado Valencia.
Pero para que esto suceda, "es crucial que la IA continúe avanzando más allá de los primeros sistemas actuales, aún muy limitados, y que se resuelvan los problemas actuales relacionados con la interacción entre expertos humanos y la IA", ha advertido.
En ese sentido, la pionera de la investigación en IA, y directora de la Fundación ELLIS Alicante, Nuria Oliver, ha asegurado que, aunque en los próximos años "vamos a vivir una revolución en las ciencias experimentales gracias a la IA", es necesario mejorar esta herramienta con límites, normas legales y éticas y sobre todo haciendo un uso social y responsable de ella.
"En Europa ya somos pioneros en regular la IA", ha recordado, pero queda mucho por hacer "si queremos proteger la privacidad de los pacientes, evitar el uso no autorizado de datos, combatir los sesgos y los estereotipos de los datos que se utilizan para entrenar modelos y combatir la opacidad de las redes que no permiten saber el origen de los datos que usamos", ha comentado.
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