Por su parte, la víctima, que compareció como testigo, relató que el día de los hechos, que tuvieron lugar en la noche del 21 junio de 2009, el acusado le obligó a hacerle una felación tras golpearle varias veces en la cabeza y amenazarle.
Al día siguiente, este individuo relató lo ocurrido a un funcionario de la prisión, que también declaró en la vista y que optó por aislar al supuesto agresor sexual. Por su parte, los forenses y peritos que examinaron a ambos implicados aseguraron que presentan un leve retraso mental, que, en su caso, anula su capacidad de valorar la trascendencia del hecho denunciado. La Fiscalía pide en sus conclusiones definitivas cuatro años de prisión por un delito de agresión sexual y una falta de lesiones.
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