Avanzan rápido hacia la A-92, zona de la provincia en la que se producen más intervenciones de este tipo. Más de 10 bomberos se agolpan en el camión, ya que este tipo de casos necesita el doble de dispositivos que una alerta convencional en la que se trasladan en un primer momento tres o cuatro profesionales. La imagen al llegar desvela lo peor. Una furgoneta que transportaba cloro concentrado ha volcado al chocar con un transporte y el bidón ha salido despedido, el peligro ahora es la cercanía al vehículo en el que aún está el conductor.
Nadie se acerca demasiado. El responsable reconoce la sustancia. Es cloro corrosivo y reparte al equipo. “Niveles 2 y 3, equiparos”, organiza. A la velocidad del rayo, dos especialistas aíslan el vehículo incendiado con una cortina de agua, que no lo ponga en contacto con el cloro. Los demás se preparan para entrar en contacto con la sustancia y evacuar al herido. Unos a otros se sellan con cinta aislante pies y manos y se preparan para enfundarse en los trajes antisalpicadura y en los encapsulados, el primero de nivel 2 y el segundo de nivel 3. “Hay que ser muy muy precavidos, son situaciones imprevisibles, especificó Espinosa.
Los dos bomberos consiguen llegar al vehículo siniestrado. En menos de 30 minutos, todo está controlado. La víctima consciente y a salvo. La fuga controlada. La operación ha sido un éxito.El Parque de Bomberos de Antequera atiende todos los casos de emergencia por presencia de sustancias peligrosas que se suceden en la provincia a través de su Unidad Química. Se trata de un área que coordina la Junta mediante el Plan de Mercancías Peligrosas para intervenir en este tipo de situaciones.
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