Este próximo sábado 13 de julio, de 8:00 p.m. a 2:00 a.m., el Parque del Alamillo (zona del Hórreo) se convertirá en el epicentro de la Noche de Brujas, un evento muy especial organizado por la asociación "Gatas Salvajes" a favor de los animales.
Un programa lleno de sorpresas y actividades para todos los gustos:
Música en directo: Disfruta de un ambiente animado con música en directo que te acompañará durante toda la noche.
Espectáculo de magia: Déjate sorprender por las ilusiones y los trucos de un mago profesional.
Conferencias sobre lo paranormal: Adéntrate en el mundo de los misterios y lo paranormal con las ponencias de expertos en la materia. Con, entre otros, Jose Manuel García Bautista.
Tarotistas y videntes: Descubre tu futuro o aclara tus dudas con la ayuda de tarotistas y videntes que te brindarán sus predicciones.
Ambigú y mercadillo mágico: Saborea deliciosa comida y bebida mientras exploras el mercadillo mágico, donde encontrarás una gran variedad de productos relacionados con el mundo esotérico.
Conferencia sobre lugares encantados de Sevilla: No te pierdas mi participación de una hora, donde te llevaré de viaje por los lugares más misteriosos de la ciudad.
Una noche para ayudar a los animales
Recuerda que todo el evento tiene un carácter benéfico, por lo que tu asistencia y participación contribuirán a mejorar la vida de los animales que protege la asociación "Gatas Salvajes".
¡No te lo pierdas!
Noche de Brujas en el Parque del Alamillo (Sevilla)
Fecha: Sábado 2 de julio Horario: 8:00 p.m. a 2:00 a.m. Lugar: Parque del Alamillo (zona del Hórreo)
Juntos podemos hacer una Noche de Brujas inolvidable y marcar la diferencia en la vida de los animales.
Fantasmas de animales
Los lugares encantados son un clásico dentro del mundo de las historias paranormales. Espacios como hospitales, cementerios o mansiones que han sido testigos de sucesos trágicos suelen ser el escenario perfecto para la aparición de espectros o fenómenos inexplicables. Un ejemplo de ello es Charlton House, una lujosa mansión ubicada en Greenwich, cerca de Londres. Actualmente alberga un importante edificio de oficinas, pero su pasado guarda secretos sorprendentes.
Durante la Primera Guerra Mundial, Charlton House fue utilizada como hospital. Años más tarde, albergo una granja de conejos. Lo curioso es que, a pesar de que ninguno de los actuales empleados lo sabía, todos ellos firmaron un documento exigiendo a la dirección un mayor control y eficacia en la desratización de las oficinas. ¿La razón? La presencia diaria de conejos corriendo por los pasillos y desapareciendo entre cajas y armarios. Tras realizar los trabajos de fumigación, la empresa contratada certificó que no encontró ni rastro de uno solo.
Fantasmas equinos: del Hudson a la estación del Pony Express
Los caballos, animales que han acompañado al hombre a lo largo de la historia, también son protagonistas de numerosas historias de fantasmas. En Nueva York, algunos aseguran haber visto a distintos personajes históricos montando a caballo por las orillas del río Hudson. El General Anthony Wayne, un héroe de la Guerra de la Independencia, es uno de ellos. En la antigua estación del Pony Express en Kansas, se dice que aún se escuchan por las noches el ruido de los cascos de estos caballos cuando salían velozmente a realizar sus repartos.
Gatos y perros: presagios y leyendas urbanas
Las apariciones de perros y gatos también son frecuentes en las historias paranormales. La más famosa es la leyenda del gato del Capitolio de Washington. Este felino solo se deja ver antes de grandes catástrofes. Fue fotografiado durante la caída de la bolsa en 1929, y también se le vio en los días previos al asesinato de Kennedy y al atentado de las torres gemelas.
La posibilidad de que existan espectros o fenómenos inexplicables despierta la curiosidad y el interés de muchas personas, convirtiendo estos lugares encantados en escenarios de leyendas y tradiciones que se transmiten de generación en generación.
La fiel compañía que trasciende la muerte: un relato sobre el amor entre una mujer y su perro
Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre, un compañero leal que nos brinda experiencias y momentos inolvidables a lo largo de su vida. En ocasiones, esa fidelidad y ese cariño van más allá de la muerte, desafiando las barreras de lo tangible y dando lugar a historias conmovedoras que nos invitan a reflexionar sobre el poder del amor y la conexión que trasciende los límites físicos.
Marta, nuestra protagonista, disfrutaba de los veranos en su chalet de las afueras de Sevilla, donde encontraba refugio del calor y gozaba de la tranquilidad del campo y la frescura de la piscina. A su lado, siempre fiel y cariñoso, la acompañaba Rocky, un elegante pastor alemán que se había convertido en un miembro más de la familia. Dócil, juguetón y protector, Rocky era la alegría de los niños y un compañero inseparable de Marta.
Sin embargo, el tiempo no perdona y tanto Marta como Rocky comenzaron a sentir los estragos de la edad. Marta, con problemas de azúcar, debía seguir un estricto control médico, mientras que Rocky, ya anciano, mostraba signos evidentes del paso del tiempo. Una noche, el animal comenzó a respirar con dificultad, alertando a la familia. El veterinario les presentó dos opciones: dejar que Rocky muriera de forma natural o aliviarlo de su sufrimiento mediante una inyección. Ante la difícil decisión, optaron por la segunda, despidiéndose con dolor de su fiel amigo.
Semanas después del fallecimiento de Rocky, Marta se encontraba sola en casa una noche cuando comenzó a sentirse mal. Mareada y con una extraña sensación en el cuerpo, se desplomó al suelo perdiendo el conocimiento. En ese estado de vulnerabilidad, sintió una presencia familiar: algo la lamía en la cara y emitía un sonido similar al llanto de Rocky, un gesto que el perro solía realizar cuando ella se encontraba indispuesta.
A pesar de la debilidad, Marta logró articular un pedido: "Rocky, tráeme el móvil". En menos de un minuto, sintió como algo le empujaba el teléfono móvil hacia la mano. Con un esfuerzo titánico, logró activar la llamada de emergencia, salvando así su vida.
Marta no tiene explicación para lo que sucedió aquella noche. Convencida de que fue Rocky quien la ayudó en ese momento crucial, se niega a aceptar la posibilidad de que el móvil estuviera a su alcance. Para ella, la presencia de su fiel amigo fue real y tangible, una prueba más del amor incondicional que los unía y que trascendía incluso la barrera de la muerte.
En honor a Rocky, la familia plantó un rosal junto a su monolito, un símbolo de amor y recuerdo que les recuerda que su fiel compañero sigue vivo en sus corazones, más allá del tiempo y la distancia.
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