Cádiz tiene un elenco de marchas procesionales que son joyas de la música procesional, y que tal y como pasa con otros aspectos de nuestra bendita ciudad, se valoran mucho más fuera que aquí. No estoy hablando de marchas que hace cualquiera con el Sibelius en el ordenador, estoy hablando de auténticas obras de arte dedicadas a nuestros Cristos y Vírgenes, que no suenan tras sus respectivos pasos, y si lo hacen, lo hacen de una manera testimonial. Marchas como ¡Piedad¡, Ecce-Homo, Lágrimas, Paz y Amparo, Seguidilla Sacra, Soledad, Nazareno del Amor, Penas en la Viña, Jesús en su Prendimento, Virgen del Rosario, Nuestro Padre Jesús de los Afligidos, etc, y esto es tan sólo un ejemplo del extenso patrimonio de calidad que tenemos en Cádiz, porque el de poca calidad por desgracia si se prodiga mucho más y a un servidor poco le interesa. Sin embargo, esas cuadrillas tan erróneamente llamadas “de cadi cadi”, las marchas que más suelen pedir son aquellas cuyos títulos incluye las palabras “Triana”, “Sevilla”, “Callejuela”, “Guadalquivir”, “Rocío”... muy de cadi cadi no son, ¿no? Pero el que sean marchas foráneas no tiene nada de malo, lo que ocurre es que estas marchas suelen ser, para colmo de males, de muy escasa calidad y que se prestan a realizar coreografías con los pasos de dudoso decoro.
Así que espero sinceramente, que el discurrir de nuestros cortejos tenga música puramente gaditana, pero de verdad, con el buen gusto que siempre irradió nuestra ciudad, con marchas de Cádiz y con la calidad que atesora en su patrimonio musical procesional que tenemos en el olvido.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es