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Los altibajos de Crimea durante los diez años bajo el redil ruso

Ha experimentado durante esta década significativas turbulencias e innumerables sanciones de Occidente

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  • Crimea. -

La península ucraniana de Crimea, anexionada en marzo de 2014 por Rusia, ha experimentado durante esta década significativas turbulencias e innumerables sanciones de Occidente, además de los ingentes esfuerzos de Moscú por impulsar su desarrollo económico. Estas son las principales claves de una década de altibajos de Crimea.

Altibajos del PIB antes y después de la anexión

El Producto Interior Bruto (PIB) de Crimea se desplomó un 50 % tras la anexión rusa. Si en 2013 ascendía a 46.390 millones de grivnas (unos 5.800 millones de dólares, según el curso de diciembre de ese año), un año después, a fines de 2014, fue estimado en 189.440 millones de rublos (3.450 millones de dólares).

Al cabo de diez años, el PIB regional se duplicó, superando los 705.000 millones de rublos (7.685 millones de dólares).

Según el portal Krim.Realii, asociado a Radio Liberty, se trata de un crecimiento "modesto" si se tienen en cuenta las multimillonarias inyecciones financieras de Moscú en la península.

El presidente del Consejo de Estado de la República de Crimea, Vladímir Konstantínov, reconoció que la región sobrevive gracias a las "profundas dotaciones" y estimó que solo el 30 % del presupuesto regional procede de ingresos propios, y el resto, del presupuesto federal.

Agricultura, la reapertura del canal

La agricultura es uno de los principales motores económicos de la región, que ha destinado en la última década cerca de 24.800 millones de rublos (más de 270 millones de dólares) a su desarrollo.

Según el presidente del Consejo de Ministros de la república, Yuri Gotsaniuk, las inversiones permitieron incrementar en 1,3 veces la superficie de cultivos, sembrar 18.000 hectáreas de frutales y viñedos, además de mejorar 16.500 hectáreas de tierras.

El principal obstáculo que frenó la agricultura durante la década fue el cierre del canal de Crimea por parte de Ucrania, que redujo la superficie de riego de 140.000 hectáreas en 2013 a apenas 10.000 en 2015.

La situación comenzó a cambiar tras el comienzo de la guerra y la ocupación rusa de la región de Jersón, que permitió desbloquear el canal y reanudar el riego de grandes superficies de cultivo.

Turismo, lenta recuperación

Si en 2013 el número de turistas superó los siete millones, ya en 2014 esta cifra se desplomó a cuatro millones para irse recuperando lentamente hasta alcanzar su máximo en 2019, cuando la península fue visitada por 7,43 millones de personas.

Este incremento se debió al desarrollo de la infraestructura vial y particularmente a la inauguración en 2018 del puente de Crimea, que une la península con la Rusia continental por el estrecho de Kerch.

Hasta 2013 la mayoría de los turistas que visitaban esta región eran ucranianos, un 74 % del total, dejando el resto a visitantes de Rusia, Bielorrusia y otros países de habla rusa de la zona.

El comienzo de la guerra en Ucrania en febrero de 2022 repercutió notablemente en el turismo, que sufrió una recaída y bajó a seis millones ese año y a cuatro millones el siguiente.

Ello condujo a un incremento del número de turistas rusos y bielorrusos, mientras que la cantidad de turistas occidentales, que nunca fue grande, se redujo prácticamente a cero.

El retorno de los bancos

En 2013 en Crimea operaban más de 70 bancos ucranianos y mixtos, que se retiraron masivamente tras la anexión. A su vez, las sanciones impuestas por Occidente frenaron la entrada de los bancos rusos a esta región.

El primer banco ruso en comenzar a operar en Crimea en 2014 fue el RNKB, sucursal del Banco Rossiya, al que siguieron Genbak y el Banco de Reconstrucción y Desarrollo del Mar Negro. Cuatro años después se sumó Rossiya, tras ser sancionado por Occidente, seguido por el Banco Comercial Nacional de Rusia y el banco Promsviazbank.

El principal banco ruso, Sberbank, solo se decidió a abrir sus oficinas en Crimea tras el comienzo de la guerra en Ucrania y la imposición de sanciones en su contra.

Bajo nivel de vida

Según el periódico ruso 'Védomosti', la renta per cápita de los habitantes de Crimea en 2013 era 3,9 veces menor que la media rusa y los salarios eran 2,6 veces menores que en el resto de ese país.

Sin embargo, diez años después la situación no varió considerablemente, ya que según la agencia RIA Rating, Crimea ocupa el lugar 75 de una lista del nivel de ingresos de la población de 85 regiones, lo que la convierte en uno de los entes federales más pobres de la Federación Rusa.

Según ese indicador, el 17,6 % de los crimeos vive por debajo del umbral de la pobreza, uno de los peores indicadores en Rusia.

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