Todos los países del mundo se ven afectados por el cambio climático. Se producen desplazamientos masivos, de millones de personas, ante esta situación de emergencia climática global. Se requiere una respuesta contundente que permita reducir el riesgo de desastres naturales, puesto que la cifra de afectados se eleva de forma catastrófica.
Debido a su magnitud, su intensidad y la velocidad a la que avanza, la crisis climática es la emergencia de nuestra era. Las regiones más pobres del mundo son las más afectadas por la emergencia climática, aunque su escala es global.
Los efectos del cambio climático se traducen en tormentas, ciclones, huracanes, inundaciones, incendios y sequías que obligan a huir de sus hogares a más personas que en cualquier guerra.
El Centro para el Monitoreo del Desplazamiento Interno cifra en 30,7 millones los desplazamientos internos en más de 140 países y territorios en 2020 a consecuencia de los desastres naturales. La emergencia climática triplica el número de desplazados por guerras, conflictos y violencia. Se trata de la cifra más alta desde 2012 y supone que más de tres cuartas partes de los nuevos desplazamientos en 2020 fueron por desastres.
Ante los millones de desplazamientos provocados por la crisis climática, el Comité Español de ACNUR, EACNUR, está presente para ayudar a estas personas a encontrar refugio y ayuda. EACNUR cuenta con más de 70 años de experiencia y trabaja en 135 países para atender las necesidades de todas las personas que han tenido que huir a causa de la guerra, la persecución o la violación de derechos humanos.
La falta de alimentos, agua, recursos básicos y la pérdida de hogares son las consecuencias de la emergencia climática por lo que estas personas necesitan ayuda humanitaria urgente.
El Comité español de ACNUR lleva desde 1993 trabajando para sensibilizar y captar fondos para proyectos humanitarios. En los últimos años ha experimentado un gran crecimiento gracias al apoyo y solidaridad de miles de españoles y españolas.
Foto: © ACNUR- Tiksa Negeri
El coste humanitario de la emergencia climática es enorme, con desplazamiento forzado, hambre, conflicto, muerte y devastación. Los cinco países con más población refugiada son también algunos de los más vulnerables a la crisis climática. Es el caso de Siria, Venezuela, Afganistán, Sudán del Sur y Myanmar.
El 95 % de los nuevos desplazamientos por conflictos en 2020 se produjeron en países altamente vulnerables al cambio climático. Además, el 80% de las personas desplazadas forzadas en el mundo vive en territorios altamente expuestos a desastres naturales y afectados por la crisis climática.
Pero la emergencia humanitaria es global y no solo se producen desplazamientos en países de bajos ingresos, sino que también afecta a países como EE.UU. (1,7 millones de nuevos desplazados en 2020), Canadá (26.000) o Australia (51.000).
En la actualidad, 108 millones de personas necesitan anualmente ayuda humanitaria a causa de los desastres naturales. En apenas 10 años esta cifra podría incrementarse en un 50 %.
EACNUR insta a actuar de manera conjunta en la aplicación de medidas urgentes para combatir la emergencia climática y mitigar su impacto en la vida de millones de personas, e insiste en intensificar la protección y asistencia a las personas desplazadas por desastres y por los efectos del cambio climático.
La Agencia se marca tres desafíos en materia de medio ambiente que son: Reducir su impacto en el medio ambiente; atender a desplazados climáticos; y socorrer a víctimas de desastres naturales cuando los gobiernos afectados lo soliciten.
El Comité Español de ACNUR desarrolla desde los años 90 una política de respuesta humanitaria que afecte lo menos posible al medio ambiente y que, además, mejore la vida de las personas refugiadas.
El acceso a energía limpia y sostenible en los campos de refugiados es uno de los ejes centrales de la Estrategia de Energía Sostenible de EACNUR. El objetivo es minimizar el impacto medioambiental en las operaciones sobre el terreno en todo el mundo.
Entre sus objetivos para 2025 están la reducción, en un 20%, de sus emisiones (incluida una reducción del 10% de las emisiones de transporte internacional de mercancías) y de la proporción de plástico en los envases de artículos básicos de socorro, así como un aumento del 20% de la sostenibilidad medioambiental de los artículos básicos de socorro.
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