Tres mujeres y cuatro hombres pasan a ser desde hoy los ministros que más tiempo han acompañado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien sigue confiando en ellos por sus "sólidos" perfiles, su experiencia y trayectoria para sacar adelante una legislatura que, de entrada, no se presenta fácil.
Son el "Dream Team" del 'entrenador' Sánchez, que vuelve de nuevo a confiar en este grupo de políticos curtidos ya en varias batallas y que han permanecido a su lado desde su llegada a La Moncloa.
Nadia Calviño (Economía), María Jesús Montero (Hacienda y Función Pública), Margarita Robles (Defensa), José Manuel Albares (Exteriores, Unión Europea y Cooperación), Félix Bolaños (Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes), Fernando Grande-Marlaska (Interior) y Luis Planas (Agricultura) son el núcleo de fieles escuderos que siguen en el Gobierno.
Algunos desembarcaron con Sánchez en el complejo de La Moncloa en 2018, tras la moción de censura, aunque no como ministros, como es el caso de Bolaños y Albares.
Ambos ocuparon en aquella primera etapa puestos más técnicos, el primero como secretario general de la Presidencia; y el segundo como secretario general de Asuntos Internacionales.
Albares sigue como ministro de Exteriores, mientras que Bolaños, que suma Justicia, ha ganado peso en el Gobierno hasta convertirse en la mano que mece todas las cunas; al ser responsable de las relaciones con las Cortes, con los grupos parlamentarios -especialmente con Junts-, y con las altas instituciones del Estado.
El marcado "perfil político" del nuevo Gobierno que hoy ha destacado Sánchez lo apuntalan estos dos ministros, pero también otras del área económica, como María Jesús Montero, que asciende a vicepresidenta cuarta después de ocupar la cartera de Hacienda desde 2018 y de ser una de las negociadoras de la investidura.
Montero es, además, vicesecretaria general del PSOE
Sin cargos en el partido pero con una trayectoria ligada también a Sánchez figuran también Margarita Robles -la ministra mejor valorada-, Fernando Grande-Marlaska o Luis Planas. Sus nombres sonaron como posibles figuras a caer en el nuevo Gobierno, pero Sánchez ha vuelto a confiar en ellos.
El caso de Nadia Calviño es diferente porque sigue pero con la aspiración de marcharse en enero al Banco Europeo de Inversiones (BEI) después de más de cinco años en un Ejecutivo al que llegó como tecnócrata y del que saldrá como política consumada.
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