No ha habido sorpresas y tal y como se daba por seguro, Pedro Sánchez ha decidido apartar a Podemos de su gabinete en favor de Sumar, la plataforma política de su vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.
Ni los tiras y aflojas de las últimas semanas con constantes cruces de reproches, ni la oferta de última hora de Díaz para incluir a Nacho Álvarez en la cuota de Sumar, han obrado el milagro.
Ione Belarra, secretaria general de Podemos sustituta de Pablo Iglesias al frente del partido, e Irene Montero, persona cercana y su mano derecha en la formación morada, se quedan sin cartera.
Nacida en Pamplona hace 36 años, Belarra entró en el Gobierno como secretaria de Estado para la Agenda 2030 en el Ministerio de Derechos Sociales que dirigía Pablo Iglesias, y que ahora dirigirá el exdiputado de Podemos Pablo Bustinduy, ahora integrado en Sumar.
Su amiga y compañera Irene Montero, a la que conoció en la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid, capitaneaba el Ministerio de Igualdad.
En marzo de 2021 Belarra asumió las riendas del Ministerio, cuando Iglesias decidió de forma sorpresiva dejar el Gobierno para concurrir a las elecciones autonómicas de Madrid.
Iglesias fracasó y en mayo anunció que abandonaba la política, dejando un hueco en Podemos que también ocupó Belarra, elegida por el 85 % de las bases como secretaria general del partido.
Desde Derechos Sociales siguió adelante con proyectos como la ley de protección a la infancia frente a la violencia o el plan de choque contra la dependencia; luchó sin descanso en favor de una ley de vivienda; y puso su firma en las leyes de protección animal y en un anteproyecto de ley de familias que no llegó a aprobarse.
De Iglesias heredó también el distanciamiento con Yolanda Díaz que se ha ido agrandando a medida que la vicepresidenta iba armando su proyecto electoral de Sumar sin contar con los morados.
Aunque no tiene la lengua afilada de su predecesor, Belarra ha mantenido el pulso a Díaz todos estos meses al sentirse totalmente arrinconada, hasta el punto de que a algunos en Sumar se les pasó por la cabeza que podría descolgarse de la investidura de Pedro Sánchez.
El punto de máxima tensión entre ambas se produjo con el veto a la ministra de Igualdad, Irene Montero, para que formara parte de las listas electorales a las elecciones del 23 de julio, en las que Podemos, relegado en las candidaturas a puestos sin opciones, según denunciaron los morados, obtuvo cinco de los 31 escaños de Sumar, entre ellos el de Belarra.
El mismo día en que Sánchez logró el aval del Congreso para repetir en Moncloa, la navarra dijo que no había hablado con Díaz desde la noche electoral.
Y poco después Sumar les ofrecía por escrito un ministerio para el economista Nacho Álvarez, que participó en la redacción del programa electoral de la plataforma de Yolanda Díaz, pero seguía formando parte de la dirección de Podemos y había ejercido un papel decisivo en muchas de las negociaciones económicas con el PSOE.
Podemos rechazó esa oferta de inmediato y Nacho Álvarez renunció en pocas horas a ser ministro y sus cargos en la dirección de Podemos para volver a su puesto de profesor en la universidad.
Quemado ese cartucho, finalmente Podemos no está representado en este nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, aunque el nuevo ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, tenga también el respeto y reconocimiento de la formación morada.
Como líder del partido, Belarra sigue dispuesta a mantener la autonomía de los suyos en la agenda legislativa y en la estrategia política y ya ha dejado claro que habrá una nueva relación con Sumar. Pablo Iglesias, que continúa teniendo un peso más que específico en Podemos, ha dado por consumada la ruptura.
No aclaran, de momento, si romperán con el partido de Yolanda Díaz, ni tampoco si concurrirán por separado a las elecciones europeas del año que viene.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es