Después de meses preparando a los trabajadores para el 29S, ¿Qué sensaciones estáis encontrando entre los trabajadores?
–La sensación principal es que hay un cabreo generalizado. Ten en cuenta que la política laboral ha dado un giro radical, y estamos ante la reforma laboral con más calado de la democracia. Es la huelga que estamos trabajando con más antelación, en varias fases. En la primera de ellas hemos trabajado para que los ciudadanos visualizara la gravedad de las medidas. Si bien el motivo de la huelga es la reforma laboral, el conjunto de la política del gobierno no es la adecuada para salir de la crisis. Esta reforma es tremendamente injusta porque hace recaer los efectos de la crisis en los trabajadores y las trabajadoras, así como en los pensionistas, y merece una respuesta ciudadana.
¿Qué medidas propone como justas?
–No cabe duda de que hay otras medidas mucho más justas para salir de la crisis. Aumentar la fiscalidad, recuperar ciertos impuestos, como el de sucesiones.Un aspecto muy importante es que no se está haciendo absolutamente nada para reflotar la economía sumergida, y esto es un peligro, porque es absolutamente insolidaria. Hay una bolsa de fraude inmenso en nuestro país, y eso habría que perseguirlo a rajatabla. Cualquiera de estas medidas son más válidas y justas que la política de recortes que afectan a los más desfavorecidos, que son los trabajadores y trabajadoras, dando un poder atroz a los empresarios que a partir de ahora, además, se pueden acoger al nuevo modelo de despido preventivo.
Se han superado los cuatro millones de parados, pero vuestro punto de inflexión ha sido la reforma laboral, ¿Llega tarde esta movilización?
–La huelga general en nuestro país siempre se ha dado por recortes. Contra el desempleo llevamos dos años movilizándonos. Hemos hecho decenas de manifestaciones, dos años de movilizaciones permanentes. Las huelgas generales se convocan cuando hay una regresión en derechos, que es lo que está sucediendo ahora.
Ciertos sectores de opinión defienden que la huelga general es algo de otros tiempos...
–Estos son los sectores que hace dos años reclamaban una huelga general para desgastar al Gobierno, sectores a los que estorban los sindicatos porque representan al ultraliberalismo, y el único bastión que tienen son los sindicatos. Hay una legión de generadores de opinión del tres al cuarto que critican la labor de los sindicatos. Somos su enemigo a batir.
Unos 20.000 delegados sindicales gritaron en Madrid pidiendo la dimisión de Zapatero, ¿Usted también gritó?
–Sí. Allí se dijeron las cosas muy claras. Eso fue el resultado de un cabreo de los trabajadores y trabajadoras contra la política de Zapatero, pero sabemos que los gobiernos lo quitan los ciudadanos. Hay un chantaje emocional en ese sentido, al decirnos que si se le ataca mucho a Zapatero entrará la derecha, y sabemos que eso es un peligro. No quiero que gobierne la derecha, pero tampoco quiero que desde la izquierda se hagan políticas tremendamente de derecha.
¿Qué porcentaje de participación en la huelga valoraría como un éxito?
–Pues no lo sé. Nosotros estamos trabajando y vamos a trabajar hasta el día antes para que sea el 100%. Sabemos también que hay muchos trabajadores que están recibiendo presiones de sus empresas para que no secunden la huelga.
En un hipotético caso de que la convocatoria de huelga fracasara, ¿sería porque la gente no quiere perder dinero, por miedo a secundarla o por falta de confianza en los sindicatos?
–No contemplo esa posibilidad. Las razones que usted expone no son motivos suficientes. Secundar la huelga supone un sacrificio, pero hay que hacerlo por los trabajadores actuales y por los futuros. Todas las huelgas han tenido resultados positivos. Respecto a la falta de confianza en la labor sindical, hay comentarios para todos los gustos, pero muchas veces son comentarios interesados.. Hay una ofensiva mediática tremenda del ultraliberalismo contra los sindicatos. CCOO y UGT representan al 80% de los trabajadores de este país, por lo tanto nuestra salud es buena.
Zapatero parece bastante firme con sacar adelante la reforma laboral, ¿a partir del 29S, qué va a pasar?
–Tan prepotente como puede ser Zapatero con su reforma, lo fue Aznar con la suya en 2002, y aquella se retiró a la semana siguiente de la huelga. Si no se rectifica, la huelga general no será un punto y final, sino un punto y seguido.
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