En la pintoresca ciudad de Marbella, en la tranquila y acogedora residencia ORPEA Puente Romano, vive Francisco, un inventor que a sus 95 años desafía estereotipos y demuestra que el emprendimiento y la creatividad no tienen límites de edad. Ha creado un juego de la ruleta y una “noria de luces”, un sistema luminoso de estimulación. La residencia fomenta este tipo de iniciativas, muy beneficiosas para los mayores, cediendo materiales y espacio para estos proyectos creativos.
Francisco se interesó desde muy joven en el fascinante mundo de la mecánica y la invención, gracias a la influencia de su abuelo ingeniero y sus tíos mecánicos y según él “encontró su inspiración en la esencia misma de la innovación”. Ejemplo de ello fue su intervención en el sistema luminoso del teatro de Málaga. “En los días en que las luces del teatro aún no eran tan brillantes, Francisco, un apasionado del arte, contribuyó silenciosamente a la transformación y reforma de ese venerable recinto, dándole nueva vida y resonancia a través de sus ideas.”, explica Montaña Verdugo, psicóloga de ORPEA Puente Romano.
En el ecuador de sus años nonagenarios, Francisco sigue ideando invenciones que alegran la vida de mayores y trabajadores de la residencia ORPEA Puente Romano. “Con 95 años, las invenciones de Francisco siguen fluyendo, como un torrente de imaginación. Desde el centro intentamos fomentar este tipo de iniciativas emprendedoras y proactivas, cediendo materiales, espacios de trabajo, foros de participación…”, explica Montaña.
“El emprendimiento de cualquier proyecto, creativo, mecánico, cultural, etc. mejora significativamente la autoestima y el estado de ánimo de los mayores. También aumenta la motivación para realizar otras actividades de ocio y de autocuidado, y atrae a otros mayores a involucrarse en iniciativas similares, consiguiendo así el beneficio último del bienestar mental, emocional y funcional de los residentes”, añade la psicóloga de ORPEA Puente Romano.
Inventos enfocados en alegrar a los otros mayores
Una de las invenciones de Francisco, “un emocionante juego de la ruleta”, causa “furor” entre el resto de mayores”, relata Montaña. El juego que ha creado es, además, ejemplifica cómo la iniciativa de un residente empuja a otros mayores a participar en actividades.
Su “noria de luces” es otro ejemplo de invento de éxito en la residencia. Este creación consistente en una impresionante obra maestra luminosa de estimulación, envuelve el entorno con una gama de colores y destellos, creando un espectáculo visual cautivador. A través de estas creaciones, Francisco no solo trae diversión y entretenimiento, también ilumina la mente de sus compañeros residentes con la chispa de la innovación.
“Francisco siempre ha sido muy activo, no sólo por sus invenciones. Desde siempre le gustó el cine, y en el centro presenta cinefórums que despiertan recuerdos y debates, conectando a los residentes con películas clásicas y contemporáneas”, comenta Montaña. La historia de Francisco nos recuerda, como dice la psicóloga que “nunca es tarde para crear o inspirar a otros, independientemente de los años. Desde las residencias debemos impulsar la iniciativa personal de mayores como Francisco. La creatividad no entiende de edad”.
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