El “extraordinario respaldo” a los profesores, en palabras del consejero de Educación, Francisco Álvarez de la Chica, es uno de los apartados más destacados de estos reglamentos, que fueron aprobados ayer en Consejo de Gobierno y que entrarán en vigor el próximo curso.
La autoridad magistral se reconoce en una pionera Carta de Derechos del Profesorado, que además establece el principio de presunción de veracidad del profesor ante la administración educativa siempre dentro del ejercicio de sus funciones.
Además del apoyo al profesorado, los reglamentos, según el consejero, plantean una organización basada en la autonomía de los centros para elaborar sus propios planes y criterios pedagógicos, así como regular sus aspectos de convivencia, estableciendo derechos y obligaciones, aunque en el caso del alumnado se le da prioridad a los deberes, especialmente con respecto al estudio y esfuerzo personal, así como el respeto al profesorado.
El segundo pilar de este sistema de organización está en la evaluación, con un nuevo modelo plurianual para la “rendición de cuentas” y el que también tendrán participación los familiares, incluso en el propio compromiso de convivencia.
El nuevo modelo fortalece las atribuciones de la dirección del centro, que podrá nombrar a todo el equipo directivo o gestionar bajas, mientras que el claustro del profesorado podrá decidir sobre todos los aspectos educativos.
También refuerza el papel de las familias con la figura del Delegado de Padres y Madres en cada aula o el ‘compromiso educativo’, para hacer un seguimiento más personalizado de la evolución escolar de sus hijos.
Aunque fruto de un “intenso” proceso de diálogo, no han recibido con unánime respaldo. Mientras CCOO y ANPE se muestran conformes con la redacción de los ROC -aunque con salvedades-, los sindicatos APIA, CGT, UGT, Piensa, SADI, SIEP, Ustea y CSI-F lo rechazan al entender que desarrollan una “filosofía equivocada” de la autonomía de los centros.
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