Del total de la droga incautada en estas actuaciones, 202 kilos de estupefaciente fueron localizados ocultos entre un cargamento de chatarra remitido por una organización internacional de narcotraficantes al puerto de Barcelona, según informó la Policía en un comunicado.
En esta operación fueron detenidas un total de 15 personas por un delito contra la salud pública, entre los cuales se encuentra el director de la Terminal de Carga del Puerto de Barcelona, presuntamente, uno de los principales responsables de la red en nuestro país. Además se han practicado nueve registros en los que se han precintado numerosas obras de arte de gran valor, y se han intervenido doce vehículos de gama alta, 50.000 euros en efectivo, ordenadores y abundante documentación.
La operación comenzó a principios del pasado mes de agosto, cuando los especialistas contra el narcotráfico de la Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional iniciaron una investigación sobre una red de "narcos" que pretendía introducir importantes cantidades de cocaína en España oculta en contenedores.
De este modo lograron identificar a un individuo, de origen sudamericano, que mantenía estrechos contactos con un ciudadano español. Éste disponía de un importante entramado empresarial que pondría a disposición de los narcotraficantes, con la finalidad de dotar de cobertura comercial legal a las importaciones de estupefaciente. Las pesquisas posteriores permitieron constatar los contactos que esta persona mantenía a su vez con otro ciudadano sudamericano, quien hacía de intermediario entre los suministradores de la droga y los responsables de su introducción en España. También se averiguó que el puerto de entrada de la cocaína sería el de Barcelona.
Ya en el mes de mayo, uno de los proveedores de la droga se desplazó hasta España para entrevistarse con uno de los presuntos responsables del grupo en nuestro país, que resultó ser el director de la Terminal de Carga del Puerto de Barcelona.
Para comprobar el funcionamiento de la infraestructura necesaria para realizar el envío de la droga, la organización narcotraficante envió dos contenedores con carga legal únicamente. A estos les siguieron otros dos que contenían 25 toneladas de chatarra. En esta ocasión, uno de ellos ocultaba también 202 kilos de cocaína que fueron interceptados a su llegada al Puerto de Barcelona.
836 KILOS EN OTROS DOS ENVÍOS
Por otra parte, otra investigación en la que participaron ambos Cuerpos culminó con la aprehensión de 723 kilos de cocaína camuflados entre cajas para la conservación de flores, que en esta ocasión llegaron al Puerto de Algeciras en un contenedor procedente de Colombia.
Los investigadores españoles, gracias a la colaboración con las autoridades policiales colombianas, conocieron las actividades de un grupo de narcotraficantes afincados en Colombia. Mediante el método conocido como "gancho ciego", remitieron varios contenedores que ocultaban una importante cantidad de cocaína. Su destino final era el Puerto de Marsella, si bien, los investigadores averiguaron que el buque que los transportaba iba a realizar paradas en Algeciras y en Barcelona, donde la organización dispondría de medios para extraer la sustancia ilícita. Finalmente los agentes constataron la llegada de dos cargamentos al Puerto de Algeciras, uno de los cuales ocultaba 723 kilos de cocaína en varias bolsas de deporte localizadas entre cajas para la conservación de flores.
A estas dos aprehensiones hay que sumar una tercera actuación, realizada en esta ocasión de forma conjunta por la Policía Nacional y la Policía Federal de Argentina, en la que se han decomisado 113 kilos del mismo estupefaciente. En esta ocasión la droga estaba disimulada en un doble fondo realizado a una caja fuerte de grandes dimensiones, que también había llegado a España dentro de un contenedor. Esta incautación se enmarca dentro una investigación realizada sobre una organización de narcotraficantes asentada en la provincia de Barcelona y en las Islas Baleares.
Los investigadores averiguaron que habían remitido desde Buenos Aires un contenedor que podría contener estupefaciente en su interior. A su llegada a España se solicitó la entrega controlada del mismo y se estableció un amplio dispositivo de vigilancia para controlar su traslado hasta una nave en El Prat de Llobregat, donde se llevó a cabo la interceptación y el registro de la carga. En el interior del contenedor había 210 paquetes de diversas proporciones que contenían un total de 113 kilos de cocaína.
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