Dejando a un lado la limpieza de las playas, los vertidos fecales y el estado de las mismas a pie de hoteles de gran lujo de en Estepona, nada más hay que tener en cuenta que el pasado lunes el ayuntamiento de Estepona informaba que el Boletín Oficial de la Provincia publicaba la licitación, por procedimiento abierto y tramitación ordinaria, de la explotación y aprovechamiento, durante un periodo de tiempo de cuatro años, de diversos lotes de hamacas y zonas náuticas de alta y baja velocidad, ubicados en las playas del término municipal, y cuyo expediente para la adjudicación del contrato administrativo especial fue aprobado por Decreto de Alcaldía el pasado 2 de junio. Y digo que no hay más que tener en cuenta, ya que dicho anuncio supone que en Estepona, supuesto destino turístico de primer orden e incluido en una campaña publicitaria que estoy segura todos recordarán: Andalucía, turismo todo el año, a día 21 de junio las playas no están balizadas, las hamacas no están adjudicadas y las calles náuticas tampoco. Es decir, los negocios en un lugar donde hace buen tiempo la mayor parte del año, están paralizados por culpa de la gestión municipal.
Prueba de ello, son las pérdidas calculadas de entre 100.000 y 200.000 euros de facturación durante este mes de junio para el chiringuito Blue Dolphin, un establecimiento galardonado hace años por ser el único y pionero en cuanto a su estrategia turística: basar su negocio en el avistamiento de delfines. Una empresa caracterizada por un buen marketing y una mejor gestión comercial que logra traer año tras año hasta a 20 turistas diarios desde todos los puntos de la Costa del Sol. Gracias al trabajo con touroperadores esta hazaña comercial ha sido posible, encontrándose con el paso de los años un único escollo, el retraso cada vez mayor en la obtención de los permisos necesarios que pasan por el correspondiente balizamiento de la calle náutica necesaria para poder sacar al mar a estos visitantes en las barcas utilizadas para las excursiones marítimas.
Tanto es así, que según los datos que maneja esta redacción, en el año 2003 la autorización se conseguía el 11 de abril, mientras que en 2009 no llegó hasta el 26 de junio, teniendo que correr por cuenta de los propietarios del chiringuito el balizamiento correspondiente entretanto Mancomunidad instalaba el oficial.
Este año, Capitanía, una de las cuatro administraciones inmiscuidas en esta autorización, daba el visto bueno al inicio de la actividad a expensas de la licitación de la calle náutica, con la condición de que el balizamiento estuviera homologado, lo que significa una inversión de entre 3.000 y 5.000 euros que a la postre tiene que pasar por la correspondiente inspección, para tan sólo unos días.
Parece que con el transcurso de los años la falta de acuerdo entre Capitanía, Demarcación de Costas, Mancomunidad de Municipios y las administraciones locales es más que palpable, traduciéndose finalmente en la pérdida de inversores en esta materia en el municipio, ya que según hemos podido comprobar son muchos los empresarios dedicados al negocio náutico los que han decido marcharse de las playas del litoral esteponero, para iniciar sus actividades en otros puntos de la Costa del Sol, donde las administraciones están más pendientes de sus playas, como el caso de Marbella o Fuengirola.
Finalmente y tal y como mencionábamos antes el inicio de los concursos para las adjudicaciones eran públicados esta misma semana, eso sí con errores palpables en la tramitación de los mismos, teniendo en cuenta que en muchos de los casos se ha sacado a licitación lotes que ya están adjudicados. Sin embargo en este sentido, algunos de los chiringuiteros aseguraron a esta redacción que lo que más preocupa en estos momentos es poner en marcha los negocios que, además de estar seriamente perjudicados por la crisis mundial que efecta a todos, en el caso de Estepona hay que sumar las consecuencias de la gestión llevada a cabo por este equipo de Gobierno, que parecen olvidar la importancia del turismo en una localidad que se ha visto seriamente dañada por la caída del otro pilar económico del municipio y que ha conducido a índices de paro inauditos este pasado invierno: el ladrillo.
En este sentido y al margen de las pérdidas económicas para los propietarios del Blue Dolphin, quienes aseguraron que la fuente económica y el aliciente de este establecimiento son las excursiones, precisaron que en pérdida de empleo esta situación se ha saldado en lo que va de temporada con el desempleo de un total más de diez empleados, por no hablar de las consecuencias y las pérdidas que ésto supondrá a largo plazo, ya que los turistas están siendo llevados a otros puntos de Cádiz, lo que a la larga supone o puede significar la pérdida definitiva de una potencial clientela.
A todo ésto hay que sumar la pérdida que por ende ésto también supondrá a largo plazo para el municipio, ya que si tenemos en cuenta que cada temporada llegan hasta Esteponal entre 5.000 y 8.000 personas bajo el atractivo del avistamiento de delfines, lo cierto es que es un número considerable de personas que conocen el municipio y que durante sus vacaciones suelen volver para conocer la ciudad y visitar otros establecimientos de la localidad, lo que prueba que Estepona pierde el tren una vez más. Un ejemplo de esta afirmación es que el Patronato de Turismo había organizado para este mes un Fun-Tryp, en el que estaba incluido este chiringuito y que iba a suponer la llegada de numerosos visitantes a la ciudad. Finalmente y debido al retraso en la actividad el ente supramunicipal decidía excluir a Estepona.
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