Una apoteosis de Rafaela Carrasco en el ?tiroteo?

El Villamarta se rindió anoche ante las evidencias de las propuestas de Rafaela Carrasco, acompañada por un elenco realmente extraordinario, con unas magníficas voces de cante (Antonio Campos y Gema Caballero), las guitarras de Jesús Torres y Juan Antonio Suárez Canito...

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  • La bailaora Rafaela Carrasco mostró un genial temperamento en el paso a dos con el mantón. -
El Villamarta se rindió anoche ante las evidencias de las propuestas de Rafaela Carrasco, acompañada por un elenco realmente extraordinario, con unas magníficas voces de cante (Antonio Campos y Gema Caballero), las guitarras de Jesús Torres y Juan Antonio Suárez Canito, el piano de Pablo Maldonado, el chelo de José Luis López, y los geniales bailaores del cuerpo compuesto por Ricardo López, José Maldonado, Pedro Córdoba y David Coria. Todos brillaron, demostrando un trabajo bien hecho, en un homenaje muy bello a las Canciones populares que grabaron Federico García Lorca y La Argentinita hace casi un siglo.

Desde el comienzo de la obra, la sutileza se adueñó del proscenio. El buen gusto por la coreografía, la estética lorquiana y el buen decir de las canciones por flamenco, fueron el detonante para que el público se entusiasmara desde la génesis de la obraVamos al tiroteo, versiones de un tiempo pasado.

Los doce títulos que componían el programa fueron una suerte de exquisitez y dulzura, admiración profunda y respeto máximo por la obra de dos grandes mitos de la cultura como Federico García Lorca y Encarnación López La Argentinita.

Anoche parecía como si una especie de encantadora magia se hiciera presente en el Teatro Villamarta a través del patio de butacas. Por todas partes se respiraba una indefinible, pero cuán real, esencia lorquiana, enfocada en este caso desde su vertiente musical, postergando esa tan representada de la tragedia.

El Zorongo gitano y el Anda jaleo pusieron al respetable en la antesala de un número simpático, gracioso, con los bailaores ataviados con bata de cola en las Sevillanas del siglo XVII. Quisiera detener un instante la crónica en este punto para mostrar una profunda admiración a este número que, aparte de las sonrisas de los asistentes, también arrancó muchos aplausos.

A mi parecer, considerando todo en general como una obra dulce y delicada, una de las cosas más gratas fueron las voces de Gema Caballero que ya llegó en los primeros lances, igual que la intensidad de Antonio Campos en las peteneras.

Por supuesto, el toque justo para completar la escena se lo dio Rafaela Carrasco que, con indumentarias diversas –pantalón, bata de cola, mantón, etc.– dijo “aquí estoy yo” de la manera que lo expresa la bailaora y coreógrafa: sin alharacas, usando su gran capacidad emocional para transmitir ese duende único de quien sabe que está haciendo algo por derecho.

El paso a dos con el mantón resultó un lujo visual, prueba de ello fue la reacción que suscitó en quienes tuvieron el privilegio de estar in situ.

Por supuesto, en un homenaje al Lorca músico, el piano tenía que tener, como de hecho tuvo, una presencia especial. Bien en esta parcela Pablo Maldonado. La conjunción coreográfica fue una palpable demostración del esfuerzo colectivo para ofrecer una idea brillante y original de Canciones populares. Los miembros de la compañía siguieron los pálpitos emocionales de Rafaela y estuvieron a un nivel elevado.

La propuesta de Vamos al tiroteo, versiones de un tiempo pasado, fue una recuperación histórica de unas canciones que anoche, tanto en su lado musical como en los mismos bailes, hicieron aplaudir por bulerías y con jaleos al elenco comandado por Rafaela Carrasco, una bailaora y coreógrafa que ayer triunfó con una propuesta escénica y musical de envergadura.

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