—Las encuestas dan a IU buenas expectativas, ninguna es mala para IU
—Mantienen la tendencia de que IU se puede convertir en una fuerza política determinante y decisiva en el panorama andaluz. Lo que cabe es trasladar a la militancia un sentido mayor de trabajo y de compromiso, eso hay que construirlo y que ampliarlo, visualizar ya que nuestro proyecto es el de una fuerza política útil, constructiva, al servicio de los intereses de una mayoría social que reclama una política de izquierdas y un cambio político y de gobierno. Tenemos la responsabilidad de decirle a los andaluces que hay dos posibilidades de cambio, o hacia la derecha, que sería más dramático, o un cambio fuerte hacia la izquierda, convencer a la gente de que o se construye un modelo de solidaridad o no será posible sacar a Andalucía de la situación en la que hoy se encuentra, con políticas fracasadas del PSOE. La sociedad sabe que Griñán no representa ningún cambio, puede cambiar la Secretaría General del partido, pero son las mismas políticas de Zapatero, claramente fracasadas.
—Pero dos años dan para mucho...
—Pero son dos años para quien lleva ocho años gobernando la política económica de Andalucía. Griñán no ofrece nada nuevo, es una política más social liberal que nunca y con menos tintes socialdemócratas que la que podría poner en práctica Chaves. Griñán no puede traer ningún elemento nuevo, es un hombre amarrado y atado al plan de estabilidad de Zapatero que juega muy negativamente para los intereses de nuestra economía de este año y con toda probabilidad del 2011.
—¿Y las posibilidades del PP?
—Cuando Arenas, desoyendo a su propio partido, se monta en el Estatuto de Autonomía del 2007, empieza a superar ese desencuentro histórico que la derecha más reaccionaria y conservadora había mantenido con nuestra tierra, que era el divorcio con el 28 de febrero. En cualquier caso, es muy difícil que la derecha que representa Arenas lo recupere, aunque hay que reconocer que está haciendo un esfuerzo. Y luego, tras treinta años, hay un cansancio muy fuerte en la sociedad hacia el PSOE y hacia sus políticas continuistas, la ciudadanía ha empezado a comprobar que el PSOE reclama el voto de la izquierda para tocar el violín con la derecha. Empieza a abrirse ese espacio necesario de cambio en la sociedad andaluza, de regeneración democrática de la política, de las instituciones, de la gente que estamos en la política, también de los contenidos programáticos. Y tiene esos dos caminos posibles, o es el cambio a la derecha o a la izquierda. Yo voy a luchar porque el cambio a la izquierda se dé pero o es un cambio programático, de contenido, o no será posible. Aquí nadie va a tener ningún tipo de cheque en blanco, no vamos a dar ningún cheque en blanco a nada que no signifique políticas concretas. Además, cuando existe la necesidad de ponerse de acuerdo no cuenta el valor matemático, cuenta el valor cualitativo de la propuesta. Como hicimos en el Estatuto, 56 diputados tenían el mismo valor que seis.
—Si se mantienen los resultados de las encuestas, IU sería clave sin mayorías absolutas, ¿Qué haría?
—Ejerceríamos con gran responsabilidad nuestra capacidad de servicio a Andalucía pero eso no nos lleva a ningún compromiso con ninguna fuerza política, está ligado a una salida progresista y de izquierda de la crisis, exige el cambio de muchas políticas, reformas estructurales. Para no ser útiles nos quedaremos donde los ciudadanos nos digan que estamos.
—¿Y con la derecha, se repetiría la pinza?
—Es imposible un acuerdo con el PP, lo único que pasa es que cuando nadie tiene mayoría siempre hay capacidad para condicionar la política y lo que sí está claro que nuestro voto seguiría siendo útil en la medida que es capaz o tiene fuerza para condicionar políticas. Se podría ejercer en una máxima responsabilidad con el PP o el PSOE, si bien es cierto que acuerdo de gobierno con el PP es imposible.
—¿Se mantendría ese pacto de progreso a nivel municipal entre IU y PSOE?
—La realidad del 2007 es diferente a la que nos podemos encontrar el 2011. En el espacio municipal somos una fuerza política de gobierno. No vamos a actuar hasta que no conozcamos la realidad del 2011. Tenemos que luchar por ampliar nuestro espacio municipal para ser capaz de abrir las mejores condiciones para un nuevo discurso político y un rumbo económico nuevo en Andalucía y en el Estado. Tenemos que trabajar mucho en el escenario municipal, ya lo estamos haciendo, los programas están en marcha, el proceso de refundación en cada localidad, con una posición abierta al conjunto de gente de izquierdas que quiera colaborar con nosotros. Todas las cartas están por jugar, todas. Tenemos objetivos muy claros, primero mantener nuestro espacio de representatividad allí donde estamos y segundo, ampliar con fuerza el conjunto de nuestras zonas en blanco y, sobre todo, aspirar a gobernar el mayor número de diputaciones posibles.
—¿Cómo va ese proceso de refundación?
—Desde mi punto de vista, a un ritmo más suave del que a uno le apetecería, y cuando digo suave digo más sereno, más tranquilo. Quizás porque las tareas que tenemos por delante son múltiples y la crisis no te deja espacio para la reflexión serena, incluso para la reflexión compartida. En cualquier caso tenemos un objetivo. Una comisión va a elaborar un manifiesto y una propuesta política que empiece a ser debatida de abajo a arriba, y que nos sirva para hacer el centro del debate en julio, en una gran asamblea de refundación. Estamos superando problemas internos, que era también otra tarea, Jaén y en otros sitios. Va habiendo una recomposición tranquila, lenta, como tienen que ser las recomposiciones asumidas, convencidas, y no exentos de no pocas reuniones. Hay otra realidad, hay tres bloques fuertes, el del centro derecha, el del centro izquierda que representa el PSOE y sólo hay un bloque de izquierdas que es la que nosotros podemos representar. Pero ha habido una derechización de la sociedad y tenemos la obligación de que haya un giro a la izquierda para engrandecer ese bloque. No se va a engrandecer mientras mucha gente que está en la abstención no quiera devolvernos la confianza.
—Es decir, que el reto está en movilizar.
—Sobre todo a nuestro electorado y que ese electorado sea capaz de mover a otra gran parte del electorado de izquierdas que está en la abstención. Porque lo que se está produciendo con ese subidón del PP es un giro claro de la sociedad hacia la derecha y hay una fuga mayor de votos del PSOE hacia el PP, por su derecha. Los votos de los cansados de esa política nefasta de izquierdas del PSOE se van de momento a la abstención, algunos pocos a nosotros.
—¿No cree que es que los partidos se enfrentan a un electorado que simplemente pasa de la política?
—Por eso hablaba de la necesaria regeneración democrática de instituciones y fuerzas políticas. Es como si hubiera una sensación de impotencia en la ciudadanía pensando de que no es posible desde la intervención pública y de la soberanía popular cambiar las cosas. Hay que trasladarle a la gente que con una mayor práctica de la intervención pública, se cambian las cosas, que desde la soberanía del voto es posible. También hay que ganar la credibilidad de las personas que están en la vida pública, acabar con las corrupciones, el transfuguismo político, el chaqueterismo político. Si puedo decir, con cierto orgullo, que en eso le lleva años luz otras fuerzas políticas. Pero no es suficiente, porque la gente al final nos confunde a todos. Los ciudadanos tienen que saber que cuando tú le pones por delante una propuesta, un compromiso electoral, eso es para cumplirlo y si no, tienes que tener la valentía de explicarlo, cosa que hasta ahora a los que gobiernan les cuesta mucho trabajo. Hay que librar a los ciudadanos del todos son iguales, cada día estamos obligados a parecer menos iguales y eso no está reñido con la búsqueda de acuerdos. La sociedad está muy descontenta con aquella frase de Groucho Marx que decía “yo tengo principios, pero si no te gustan, tengo otros”, con eso hay que acabar. Usted tiene el derecho a estar pero no el derecho a engañar al ciudadano.
—¿Va a ser el cabeza de lista en 2011 o hay que esperar a la refundación?
—Hay que esperar a los procesos y a que los ritmos se den. Soy una persona disponible para este proyecto, lo digo de forma positiva, porque he tenido la virtud de saber bajar y subir las escaleras de la política con la misma dignidad. IU el mayor valor que tiene es la capacidad de su intelectual colectivo por encima de sus individualidades, por eso está mi disponibilidad y ser el mejor gregario de cualquier otra propuesta, aunque tengo que reconocer que en estos momentos hay un amplio porcentaje que piensa que uno se tiene ganado la propuesta. Me lo tomaré con tranquilidad, sin problemas ¿Cuándo? Debe ser con el tiempo suficiente para poner en marcha una campaña que movilice a todos los efectivos con fuerza.
—Pero la regeneración tiene que llegar a IU.
—La prueba evidente es el grupo parlamentario actual, ya ha empezado a expresar esa renovación, la prueba evidente es el compañero Mariscal o el compañero Castro, que son de futuro. Se va a dar un nuevo empujón a nuestro grupo parlamentario y a las instituciones municipales con tres perfiles, joven, mujer y compromiso. Estoy convencido de que en el grupo parlamentario va a haber una renovación fuerte, más allá de si el candidato a la Presidencia es Diego Valderas o lo sea otra persona. Porque hay un compromiso estatutario de que el 50 por ciento del grupo tiene que estar en las posibilidades de estar representado por mujer. De las ocho candidaturas, cuatro serán mujer y quien sea candidato a la Junta irá por donde tenga que ir y empujará a la candidatura. Nos será más fácil en la medida que tengamos más representatividad.
—(Nos interrumpe la consejera de Economía, viene a buscaR a Valderas para que se reúna con Griñán) Imagino que no habrá dificultades en configurar las listas
—No las hay, es convencimiento. El problema es que en un movimiento político y social como IU tendremos que hacerle comprender a la ciudadanía que hay que casar el tema de género, de pluralidad y territorial. No es fácil pero es alcanzable, y el compromiso el primero que va a cumplirlo soy yo. No encabezaré ningún proceso electoral que no conlleve la seguridad de que mis compañeras representen con fuerza la política global de IU.
—El Perfil—
Un licenciado en la universidad de la vida que no ha perdido su timidez
Dice que se ha licenciado en la universidad de la vida porque la muerte de su padre truncó unos futuros estudios, lo que le llevó a trabajar “en todos los palos”, aunque lo asume con la naturalidad de esas cosas que tiene la vida. Mientras en lo colectivo asegura que su mayor éxito fue cuando ganaron la Alcaldía de Bollullos sin perder votos cuando él dejó su pueblo natal para asumir la Presidencia del Parlamento andaluz, en lo más íntimo reconoce que, a pesar de su vida pública, sigue siendo un tímido, no como complejo, sino como forma de ser. “Quizás debería ser más abierto”.
De costumbres fijas, es bastante familiar y leal a su pareja y a sus hijos, a quienes quizás no ha podido dedicar todo el tiempo que debería. “Ella lo ha suplido todo y trabajando”, admite, aunque alguna vez se escaparon en familia para compensarlo. Poco tiempo dedica a sus aficiones (cine, lectura) o al ajedrez,15 años sin una buena partida, que ahora sustituye por el dominó. Amigo de sus amigos y no todos son camaradas.
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