Detrás de una pancarta con el lema "La presa de Marmolejo, culpable de las inundaciones de la comarca de Andújar" encabezaban la manifestación la alcaldesa pedánea de Llanos del Sotillo, Trinidad Jiménez, el alcalde de Andújar, Jesús Estrella (PP), el portavoz de la Plataforma en Defensa del Río Guadalquivir, Luis Salas, y el secretario general de UPA-A, Agustín Rodríguez.
Tras salir del puente romano, donde la semana pasada el río alcanzó límites históricos, recorrieron varias calles hasta llegar a la plaza del Ayuntamiento, donde leyeron un manifiesto en el que exigen a la Junta la demolición de la presa, la limpieza del cauce y que se evalúen de forma urgente los daños ocasionados en casas, cultivos y naves industriales.
El alcalde de Andújar destacó que tras muchos años de peticiones de derribo de la presa, hay que aprovechar que ahora hay unidad de acción entre las distintas administraciones, entre ellas la Junta, que se ha comprometido a estudiar la situación.
Luis Salas señaló, en declaraciones a los periodistas, que a causa de la presa hay zonas del río que tienen doce metros de sedimentación, y que el cauce se encuentra por encima del alcantarillado de Andújar.
Por su parte, Trinidad Jiménez aseguró que aún hay cinco familias de Llanos del Sotillo alojadas en un hotel porque sus casas, de una sola planta, se encuentran en la zona más baja de la pedanía y han perdido todos sus enseres.
Según Agustín Rodríguez, hay que reanudar el proceso de caducidad de concesión de aguas de la presa a Endesa, porque en estas inundaciones "sí que hay un causante con nombres y apellidos".
La presa de Marmolejo, que se terminó de construir en 1962 y está situada sobre el cauce del Guadalquivir, tiene una altura de 18 metros y una capacidad inicial de 13 hectómetros cúbicos.
Se construyó sin aliviaderos de fondo, por lo que solo evacúa agua por las compuertas altas cuando hay crecidas, y se utiliza para generar electricidad.
En el mes de enero, IU presentó en un pleno del Ayuntamiento de Andújar una moción para instar a la Junta a que eliminase la presa, moción que fue aprobada con votos de IU y PP y la abstención del PSOE.
Aunque la primera gran inundación de la zona de Andújar se produjo en 1963, la situación de la presa se viene denunciando desde 1993 cuando se inundaron La Ropera y La Isla, y en 1996 se agravó el problema al llegar el agua a los cultivos de Llanos del Sotillo, pero nunca hasta ahora el agua había entrado en las casa de esta pedanía.
Técnicos de Urbanismo inspeccionarán las viviendas más afectadas en Córdoba
Por otra parte, el alcalde de Córdoba, Andrés Ocaña, explicó ayer que técnicos de la Gerencia de Urbanismo comenzarán hoy las inspecciones técnicas en las viviendas más afectadas de la zona de Guadalvalle para determinar si la crecida del río Guadalquivir ha provocado daños estructurales.
En declaraciones a los periodistas, el alcalde, quien ayer ha vuelto a visitar las zonas más perjudicadas por las inundaciones, explicó que aunque el Ayuntamiento ha permitido a los vecinos de Guadalvalle acceder a las viviendas para comenzar los trabajos de limpieza, habrá que esperar a los informes que los técnicos municipales hagan de cada una de las viviendas que han resultado más afectadas por el agua para decidir su regreso a sus casas.
Así, explicó que esta zona, al igual que otra de Majaneque, permanecerá acotada con un control que impide el acceso de los vecinos.
"Es necesario una revisión técnica para comprobar si las estructuras han resultado dañadas por el agua", declaró el alcalde, quien consideró que hay que esperar a ver qué determinan esos informes.
Por otra parte, Ocaña explicó que las tareas de limpieza de barro y lodo transcurre con normalidad en la mayor de las zonas dañadas por el río y los vecinos "poco a poco" regresan a sus casas.
Además, destacó el incremento de la maquinaria que está actuando en estas zonas gracias a la colaboración de la Consejería de Obras Públicas y Transportes.
El alcalde volvió a defender la labor desarrollada por el Ayuntamiento y aseguró que el operativo de emergencia puesto en marcha "ha dado respuesta" a la situación de manera "eficaz", al tiempo que agradeció la labor de todos los operarios municipales -alrededor del medio millar- y los voluntarios.
Por otra parte, Cruz Roja ha atendido a más de 350 personas dentro de su operativo de emergencia puesto en marcha, en coordinación con el Ayuntamiento de Córdoba, para cubrir las necesidades básicas de las familias damnificadas por las inundaciones.
En los cuatro días que se prolongó la intervención en la Instalación Deportiva Municipal Margaritas, la entidad ofreció, entre otras cosas, comida, productos de higiene y aseo personal, apoyo psicológico y sacos y mantas para pasar la noche en unas camas habilitadas en el recinto a los cordobeses que se vieron obligados a desalojar sus viviendas por la crecida del río Guadalquivir.
Así, en ese periodo, los dos Equipos de Respuesta Inmediata en Emergencias (ERIE's) -uno de albergue provisional y otro de apoyo psico-social- dispuestos por la institución humanitaria atendieron exactamente a 355 personas -67 de ellas menores de edad-, entre las cuales repartieron 298 pares de zapatos, 432 paquetes de ropa y 273 de higiene, así como 239 mantas y 63 sacos de dormir.
En cuanto a las comidas, en el polideportivo habilitado por el Consistorio se dieron 96 desayunos, 259 almuerzos y 260 cenas, mientras que únicamente cuatro personas decidieron pasar dos noches en estas instalaciones.
En todo este operativo de emergencia puesto en funcionamiento por Cruz Roja a petición del Ayuntamiento de la
capital han colaborado alrededor de 50 voluntarios y voluntarias, que se fueron repartiendo en tres turnos diarios.
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