Andalucía

La crisis y el paro centran el acto institucional del Día de Andalucía

La entrega de las distinciones de Hijo Predilecto y las Medallas de Andalucía no escaparon a la crisis económica y al desempleo, que acapararon una parte importante del discurso del presidente de la Junta, José Antonio Griñán, quien apeló al espíritu de lucha y superación de los andaluces para salir

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  • Foto de familia de todos los galardonados. -
  • Los galardonados recuerdan cómo vivieron el 28 febrero de 1980
La crisis económica y el desempleo, como no podía ser de otra forma, centraron ayer el acto institucional de la Junta con motivo del XXX aniversario del referéndum que consiguió para Andalucía la autonomía plena. El presidente andaluz insistió en que el paro es el problema más importante de la Comunidad y al que están centrando todos sus esfuerzos, pero apeló al “espíritu de lucha y superación” para superarlo porque “es de todos”.

De nuevo el Teatro de la Maestranza de Sevilla -esta vez con una escenario que representaba parques naturales de las ocho provincias andaluzas- acogía el acto de entrega las Medallas de Andalucía y la distinción de dos nuevos Hijos Predilectos de la Comunidad, en esta ocasión, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Augusto Méndez de Lugo, y Francisca Díaz Torres, empresaria y intuitiva conservacionista que no estuvo durante los discursos en el escenario, debido a su avanzada edad.

Con la Medalla de Andalucía fueron distinguidos la cantante Pasión Vega, el cantaor José Mercé, los filólogos Gregorio Salvador y Pedro Martínez Montávez, el jurista Jesús Maeztu, el escultor Miguel Fuentes del Olmo, la bióloga Carmen Galán, la pedagoga Mercedes Sanromá, la empresaria Isabel María García, el grupo de prensa Joly y la sociedad de matemáticas Thales.

En el patio de butacas, familiares y amigos de los galardonados, representantes institucionales -incluido el vicepresidente tercero y ex presidente de la Junta, Manuel Chaves- y de la vida economía y social, además del grupo socialista en pleno, destacando la ausencia los líderes de la oposición, que sí asisten al pleno institucional previo a este acto.

Como si tuviera un diapasón, el acto se desarrolló con ritmo pausado y casi milimétrico, incluídos los tiempos que dedicaron los presentes a los aplausos, siendo Jesús, Maeztu, Pasión Vega y José Mercé, además de los Hijos Predilectos, los que más calor se llevaron. Fuera, apenas 30 personas se manifestaban por los 865085 de la Andalucía Imparable, contrastando con las protestas que siempre suele arrastrar ese día.

José Antonio Griñán, que presidía este acto por primera vez como presidente de la Junta, abría su discurso expresando su solidaridad y compromiso con los afectados por las últimas inundaciones y recordando a las víctimas del terremoto de Chile, para pasar a glosar de forma inmediata la “rebelión andaluza”, la conquista de la autonomía plena utilizando la Constitución y contribuyendo de forma decisiva al actual estado de las autonomías, beneficios de un “café para todos” que defendió ante los que aún lo cuestionan.

Pasó entonces a defender la identidad andaluza, que no tiene un “corsé identitario” porque “hay distintas formas de ser andaluz”, como “democrática” por estar abierta a todas las ideas y sensibilidades, la unió al territorio y al agua, especialmente al Guadalquivir y a los dos mares que la bañan, y al “espíritu de lucha y superación” a lo largo de la historia que le da su fortaleza.

El principal problema

“El desempleo es el principal problema contra el que luchamos hoy los andaluces. Un problema de todos”, afirmaba para reiterar que su Gobierno realiza todos los esfuerzos para salir cuanto antes de la crisis y “ayudar a los que peor lo están pasando”, pero apuntaba también la necesidad de recuperar la confianza, “imprescindible” -decía- para generar expectativas y oportunidades de futuro.

“El desafío actual es conservar y mejorar”, apuntaba para remarcar la idea que desde hace meses se le escucha: para salir de la crisis hay que hacer mejor todo lo que sabemos hacer bien, buscar la excelencia “y hacerlo como pueblo” apelando ala tierra “activa y responsable” que demostró tras el 28F que podía ser dueña de su desarrollo.

Puso como ejemplo de este esfuerzo, de tenacidad y constancia, a los galardonados, reflejo de una comunidad cualificada capaz de ganarse el futuro. “Tenemos los medios”, apuntaba, Andalucía está preparada, declaraba, pero dejaba claro que “el triunfo es paralizante” y reconocía que queda mucho por recorrer.

“La educación es nuestro proyecto de largo recorrido”, apuntaba el presidente andaluz, la formación de la juventud para construir todo lo demás, para hacer ciudadanos “libres, son sentido crítico, dialogante, solidario y con ambición”, una sociedad más dinámica y competitiva, que muestra su “talla moral” en el trato que ofrece a mayores, discapacitados, inmigrantes o desfavorecidos y en conservar el legado de la naturaleza.

Equilibrio y lucidez

Antes que José Antonio Griñán había tomado la palabra Augusto Méndez de Lugo en nombre de todos los galardonados. El Hijo Predilecto de Andalucía, que también tiró del Guadalquivir y de los mares que bañan la comunidad para glosar su idea del “ser y ejercer de andaluz”, dejó claro que recibía la distinción como juez y con el respaldo de la labor de los profesionales de la Justicia.

Méndez de Lugo también quiso huir, como Griñán, de los tópicos por los que algunos definen lo andaluz, y defendió como su principal virtud “la capacidad para adaptarse a lo nuevo y a lo distinto sin perder su identidad”, una flexibilidad que le hace no tener miedo ante el aprendizaje, y que ha tenido su principal exponente en el desarrollo de su estructura autonómica.

Definió aquel 28 de febrero de 1980 como “un momento de lucidez histórica” y “profundamente democrático” sin apenas precedentes que le hizo conseguir con el impulso político “y el de los votos” alcanzar “el nivel de autonomía política que deseaba, más allá del que le tenía reservado”.

Al igual que señaló Griñán, Méndez de Lugo coincidió con el presidente andaluz en que este hecho contribuyó al desarrollo constitucional de las autonomías. “Andalucía es, en mi opinión, la toma de tierra y el punto de equilibro del estado de las autonomías”, concluía.

Pero Méndez de Lugo no quiso apartar su faceta judicial y con el hilo de ser testigo de las transformaciones que se han producido en Andalucía, en sus instituciones, no quiso pasar en alto una petición: que se tomen en serio la justicia, bien dotada de medios personales y humanos, porque así será “garantía de equilibrio, de resistencia, de paz social, de confianza y de progreso de una sociedad, al abrigo tanto de la arbitrariedad del poder como de la desestructuración del populismo.

Es más, se mostraba convencido, con los esfuerzos de colaboración que se están llevando a cabo en la Justicia andaluza, que la comunidad “puede abrir caminos para la evolución futura de la nación española”. “Creo no exagerar”, apuntaba.

Andaluz de vocación y al que todo lo importante de su vida le ha pasado en esta tierra, a punto de dejar su cargo en el TSJA, concluía: “mi viaje por Andalucía ha llegado al puerto de la felicidad”.

Los galardonados recuerdan cómo vivieron el 28 febrero de 1980

Los galardonados con motivo del Día de Andalucía recordaron ayer, tras el acto institucional, cómo vivieron aquel 28 de febrero de 1980 cuando los andaluces aprobaron en referéndum el acceso de la comunidad a la autonomía plena por la vía rápida del artículo 151 de la Constitución.

Todos coincidieron en asegurar que ese momento fue muy importante y para el presidente del TSJA, Augusto Méndez de Lugo, Andalucía ha experimentado desde entonces "un cambio radical y una transformación absoluta", gracias a una reivindicación "que consiguió que no nos dieran una autonomía de segunda".

El Comisionado para el Polígono Sur de Sevilla, Jesús Maeztu, una de las Medallas de Andalucía, destacó que vivió ese momento en la calle y dijo que cree que hoy día esa capacidad de movilización "se encuentra dormida".
Pedro Martínez, doctor en Filología Semítica, que se considera "andaluz de lejanía", aseguró que está "convencido de que a Andalucía se le quiere más desde fuera" y lamentó que haya "bajado esa capacidad de movilización", ya que "quizás han empezado a resquebrajarse un poco los grandes ideales".

Por su parte, el cantaor José Mercé recordó que vivió ese momento en Argentina, "cuando estaba en la compañía de Antonio Gades" y apuntó que lo acogió "con mucha ilusión", ya que le parecía "mentira", mientras que la cantante Pasión Vega reconoció que era muy pequeña y que lo vivió "de otra manera distinta".

El escultor Miguel Fuentes del Olmo tuvo un recuerdo hacia José Manuel García Caparrós, el joven asesinado de un disparo en Málaga en la manifestación del 4 de diciembre de 1977 que reclamó la autonomía de Andalucía, y quiso mostrar su orgullo como "representante de todo un estamento de escultores de Andalucía".

César Torres, sobrino de Francisca Díaz Torres, Hija Predilecta de Andalucía, destacó que para él el referéndum "supuso una gran cosa para Andalucía", mientras que Fernando Cuadri, de la Ganadería Hijos de Celestino Cuadri, afirmó que coincidió "con los primeros años de la ganadería" y reconoció que no valoraba "lo que podía suponer aquello".

A Manuel Torralbo -miembro de la Sociedad Andaluza de Educación Matemática Thales- y a la investigadora Carmen Galán, les pilló estudiando en la Facultad, y, mientras que Torralbo destacó la importancia de las votaciones "como esencia de la democracia", Galán señaló que fue un momento "donde todos queríamos proponer nuevos proyectos".

El dialectólogo, lexicógrafo y crítico literario Gregorio Salvador confesó que no tiene "ningún recuerdo" ya que no vivía en Andalucía, mientras que la hostelera Isabel María García resaltó que para ella "sirvió para que tomáramos conciencia de que algo importante cambiaba" y apuntó que quería que sus hijos "fueran conscientes de que vivían tiempos nuevos".

Para el presidente del Grupo Joly, José Joly, la aprobación del Estatuto de Autonomía "ha conducido a una realidad con más luces que sombras" y apuntó que fue "un cambio en el modelo institucional previsto", mientras que la directora del colegio público de educación especial 'Aben Asso' de Sevilla, reconoció que le produjo "una alegría bastante grande".

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