Ese “cambio radical” en todo el territorio, como relata Miguel Ángel Díaz Yubero, director general de Covap, que se ha ido desarrollando a lo largo de los últimos 50 años, dio respuesta a la emigración masiva de los años 50 y 60, y a una situación muy complicada en una comarca sin comunicaciones. Hoy, Covap, sin querer ser ejemplo porque mantienen la humildad del trabajo bien hecho, es el espejo en el que se miran muchos proyectos de espíritu cooperativista, porque su trabajo ha sido “la locomotora que ha tirado del resto de los sectores”.
La idea primitiva de aquellos ganaderos que se unieron en cooperativa hace medio siglo no era otra que “intentar con su principal riqueza, el trabajo de sus hombres y mujeres, fijar la población y crear riqueza, es la reforma agraria más importante que se ha hecho en nuestro país”, señala Díaz Yubero para destacar que Covap se ha convertido en la más importante cooperativa de primer grado de España, creando centenares de puestos de trabajo directos e indirectos y siendo capaces de “algo muy difícil”, como es que una pequeña cooperativa pueda avanzar en la cadena de valor de los productos ganaderos y ocupar una posición tan importante en los sectores lácteo y cárnico.
El trabajo es el de todos los días y todos los días se ha visualizado que no son sólo meros comercializadores que han industrializado la producción, sino que saben sacarle el valor añadido a sus productos y situarlos en el mercado, con una gran colaboración social que ha conseguido el desarrollo de las tres comarcas en las que se ubican: Los Pedroches, La Alcudia y La Serena.
¿Apegados a la tierra? “Hemos sido la locomotora que ha tirado del resto de los sectores, creando 600 empleos directos, más los indirectos en otros servicios. Hemos invertido 170 millones de euros que han generado industrias relacionadas con nuestra actividad”, recalca el director general de Covap. “Somos clave para entender la economía de la comarca”, confirma.
Según argumenta Díaz Yubero, ser ejemplo es “muy complicado” porque cada territorio tiene sus características singulares, sus diferencias. Reconoce que han sido visitados y analizados como posible modelo de éxito pero, de ahí, a ser exportable, hay múltiples factores que habría que analizar. Pone de ejemplo Hojiblanca o Agrosevilla como otros modelos que han tenido resultados muy positivos en otros territorios, pero el éxito “está ligado a factores difíciles de extrapolar”. De Europa, de Argentina, de Uruguay, les han visitado con mucho interés... “No es que sea irrepetible, pero es algo singular”, sentencia.
Profesionalidad y formación
Igual que todo, también los ganaderos han cambiado mucho a lo largo de los 50 años que ahora cumple Covap. “Se ha profesionalizado y cada vez hay más jóvenes, ya estamos por segundas y terceras generaciones, que es lo más complicado”, reconoce Díaz Yubero para destacar que han conseguido un relevo generacional en un trabajo tan duro y, además, lo han hecho “con normalidad” ya que las buenas rentabilidades que consiguen en el sector lechero “hacen que se queden, eso nos singulariza, que un sector no pierda activos, es una fortaleza muy importante”.
Y con formación, la segunda fortaleza de Covap. Porque el ganadero de ahora es “más conocedor de la gestión técnico-económica de sus explotaciones”, aunque sigan siendo explotaciones familiares son ganaderos empresarios. “Viven al cien por cien pensando en sus exploraciones, en todo lo relacionado con la marcha y el buen manejo”.
El ganadero de Covap se identifica más con el empresario que con el ganadero, apunta Díaz Yubero, pero hay que continuar aportando elementos que fortalezcan la profesionalización y la formación, porque el futuro es “seguir trabajando”.
El director general de la cooperativa tiene claro que la clave de su futuro será mantener el modelo cooperativista, continuar con la cohesión social, mantener los resultados y generar mejores rentas. No duda del modelo cooperativista, al contrario, cree firmemente en él, en la creación de riqueza “en nuestro territorio” pero no descartan futuras alianzas y colaboraciones con cooperativas similares para mejorar en el mercado, aunque apuestan por seguir avanzando en su internacionalización.
Y el mercado que más les atrae (Covap exporta a más de 28 países y cerca del 30% de su producción -unos 11 millones de euros- procede del exterior) es, sin duda, Estados Unidos, con una apuesta muy dinamizadora del sector porcino. Pero se vuelve a la tierra: también hay que mejorar y ampliar la industria láctea que es, al fin y al cabo, la principal generadora de cifras de negocio (153,2 millones de euros de los 307,39 que facturaron en 2008).
Hace 50 años comenzaron elaborando piensos compuestos para alimentar a la cabaña de sus socios y se expandieron comercializando lo que producían, primero leche de vaca y productos del cerdo ibérico para después alcanzar toda la gama láctea y cárnica hasta ser la mayor cooperativa agroindustrial de la comunidad y una de las primeras de España.
Covap posee ocho plantas de producción y un centro de investigación y calidad, casi 15.000 socios (incluyendo los colaboradores), su plantilla supera las 600 personas, sus cifras de ventas alcanzaron los 53,9 millones de euros en 2008 (los datos de 2009 aún no están cerrados), siendo los resultados antes de impuestos de 2,73 millones. Los fondos propios alcanzaban los 91,17 millones de euros; los activos totales los 286 millones; y las inversiones, los 4,52 millones de euros.
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