“Los problemas de salud más habituales durante y justo después de la Navidad son los derivados de los excesos que hacemos con la comida, los dulces y la bebida: empachos, acidez y digestiones pesadas”, explicó García Gutiérrez.
Para prevenirlo o curarlo, Anefp recomienda “comer despacio y masticar bien los alimentos, no ingerir demasiada comida, tomar verduras y otros alimentos ricos en fibras, no abusar de las carnes y grasas y reducir el consumo de bebidas alcohólicas y tabaco”.
“Todos somos humanos y es fácil caer en la tentación, así que después de todos los excesos cometidos con las comidas o las cenas, es aconsejable procurar comer sano y ligero los días siguientes para no agravar la situación”, añadió. Sin embargo, si aparecen “las temidas molestias gástricas”, se puede recurrir a algunos medicamentos que pueden ayudar a aliviar los síntomas “de forma responsable”, señaló.
Estos medicamentos, conocidos como antiácidos, se presentan tanto en comprimidos como en formas solubles en agua y es aconsejable tomarlos en cuanto aparezcan los síntomas. Entre los antiácidos más habituales se encuentran el bicarbonato sódico, las sales de magnesio y aluminio, el carbonato cálcico y la famotidina y ranitidina.
DIARREAS, VÓMITOS Y NÁUSEAS
Otra de las dolencias que puede aparecer debido a los excesos navideños es la diarrea. Suele deberse a cambios bruscos en la alimentación, aunque también se puede producir como consecuencia de intoxicaciones leves. Para tratarla se puede recurrir a medicamentos, “aunque lo más importante es reponer líquidos con zumos”. , recordaron desde la asociación. Respecto a los vómitos y a las náuseas, suelen ser pasajeros y de intensidad leve, pero también recomiendan beber mucho líquido.
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