Ninguna playa es para siempre y la dinámica litoral es permanente. Pero el cambio climático acelera los fenómenos de pérdida o recuperación de arena, y su intensidad se puede medir por las mareas, el oleaje o la fuerza de los vientos.
De acuerdo al Plan Andaluz de Acción por el Clima (PAAC), documento elaborado por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, advierte del riesgo que entraña el incremento del nivel del mar y la erosión costera para las provincias de Cádiz y Huelva. Desde noviembre pasado, un equipo científico de la Universidad de Cádiz, liderado por la profesora del departamento de Ciencias de la Tierra Laura del Río, desarrolla una investigación para seguir los cambios que experimentan las playas en el marco de la iniciativa internacional CoastSnap. El proyecto consiste en la elaboración de una base de datos comunitaria y colaborativa con imágenes compartidas por cualquiere persona que coloque su móvil en el soporte para smartphone instalado en Santa María del Mar, en Cádiz, para medir la respuesta de la playa a las condiciones meteorológicas.
Del Río se muestra satisfecha por la respuesta ciudadana y avanza que en los próximos meses se instalará una segunda estación CoasSnap en el cabo de Trafalgar, en Barbate, para monitorizar la playa de Zahora.
La profesora explica que, por lo observado hasta el momento, no se han producido incidencias de importancia porque el “invierno ha sido benigno”, pero admite que es pronto para extraer conclusiones. En cualquier caso, Santa María del Mar es la playa ideal para la investigación, porque se trata de una playa urbana, muy concurrida y que precisa de regeneración de arena periódicamente.
“Esto es necesario en la mayor parte del litoral gaditano”, afirma, porque el aporte de arena dependía de la sedimentación de los ríos hasta que fueron regulados, impidiendo la regeneración natural.
“Es muy importante el control de la arena”, indica, y es preciso, igualmente, hacer un seguimiento de los cordones dunares, porque “un temporal extremo junto con mareas vivas puede provocar inundaciones y daños materiales de importancia”. Recuerda el temporal Emma, que arrasó Camposoto, en San Fernando. “La playa tiene un importante valor natural, paisajístico y turístico, pero también es una barrera contra la subida del nivel del mar”, explica.
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