En el camino se ha quedado el Partido Popular y José Ignacio Landaluce en su intento quimérico de luchar contra unos molinos de viento inamovibles. No obstante, Landaluce aún no ha dicho su última palabra y va a batallar hasta el final por llevar su Proposición No de Ley al Congreso en un intento postrero de salir triunfador ante la ciudadanía con la retirada del catastrazo; algo que a priori parece bastante difícil. Por otra parte, la abstención realizada hoy por el grupo popular ante la propuesta del alcalde ha decepcionado a más de uno; el propio Landaluce ha dejado entender que ahora se opone a la propuesta del alcalde pero que si dentro de dos años gana las elecciones la hará suya. Y finalmente se encuentra la postura de Izquierda Unida, decepcionante también para muchos, porque después de estar apoyando a capa y espada a su socio de gobierno con el catastro, algo que le costó muchísimo desgaste en su electorado, en los últimos meses va y se descuelga y se queda en una tierra de nadie, en un mar de dudas y con ganas de abrazar al PP. Apoya tanto la revisión del catastro de su socio socialista como la idea de Landaluce de acudir al Congreso de los Diputados.
Una guerra del catastro que podría tener sus días contados si el el movimiento vecinal, que se reúne en asamblea el próximo día 9, decide apoyar la reforma de Herrera. Si decide lo contrario, podríamos volver a empezar.
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