¿Cómo es posible que una empresa que en el último año ganó más de cien millones de euros puede solicitar unos meses después un expediente de regulación de empleo?¿Y cómo se puede aplicar y dar el visto bueno a este expediente de empleo sin contar con los más de mil trabajadores de empresas contratas auxiliares que se van a ver afectados, sin ninguna contraprestación, por el ERTE de la empresa matriz? Fueron cuestiones que tanto la empresa no tuvo reparos en olvidar, al igual que la Junta de Andalucía, en un absoluto acto insolidario de desprecio por el bien común.
Así, si ya el primer ERTE fue sangrante tanto para las arcas públicas del Estado como para las contratas, este segundo ERTE que está en vías de ser planteado es bochornosamente escandaloso. Tan escandaloso como el acto de irresponsabilidad de los dos sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, que en están ocasión han preferido contentar a los propios trabajadores de la acería, ya que evidentemente gozan de un ERTE envidiable para cualquier otra empresa, y han decidido olvidar su responsabilidad en el conjunto de la comarca.
El primer ERTE planteado por Acerinox fue inadmisible tanto porque la empresa no necesitaba esa ayuda económica ya que venía de muchísimos años de bonanza, más de quinientos millones de beneficios en los últimos cinco ejercicios, tanto inadmisible por el mal negocio que hizo la Junta de Andalucía al firmar unas condiciones demasiado ventajosas para la empresa y gravosas para las arcas públicas. Y el segundo es menos admisible teniendo en cuentas las mismas condiciones iniciales y que además la factoría se jactó hace poco menos de un mes de alcanzar un 80% de producción.
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