El Defensor del Pueblo y del Menor de Andalucía, Jesús Maeztu, ha asegurado este viernes, con motivo del Día Universal del Niño, que la coordinación es todavía una "asignatura pendiente" de las administraciones públicas, pese a ser una cuestión "clave".
"La atención a la infancia, especialmente a la que se encuentra en situación de riesgo, exige una coordinación intersectorial, una coordinación entre los departamentos y servicios de cada administración pública y entre las administraciones y la sociedad civil", ha recalcado en un comunicado.
Así, ha señalado que hay que evitar que se sigan produciendo situaciones "incoherentes, antagónicas o duplicadas" entre las administraciones.
"Debemos ser capaces de garantizar la coordinación, cooperación y colaboración de todos los agentes implicados con un único fin: la mejora de la protección de la infancia y adolescencia", ha remarcado.
En esta tarea, según Maeztu, es necesario incorporar la voz de los niños y adolescentes.
"Considero más necesario que nunca escuchar las demandas y preocupaciones de la infancia y de la adolescencia, y hacerles partícipes de las decisiones", ha dicho, tras lo que ha rechazado que se les trate como "sujetos pasivos circunscritos a los objetivos y prioridades del mundo de las personas adultas".
Ha recordado que la población infantil y juvenil ha sido uno de los colectivos más afectados e "invisibles" por la actual crisis sanitaria.
"El confinamiento, la brecha educativa, los conflictos familiares o la pérdida de trabajo de los miembros de las familias son, entre otros, elementos que están incidiendo de manera singular en miles de niños, especialmente en los más vulnerables", ha subrayado.
Y ha incidido en que las consecuencias de la crisis social que ha traído la pandemia han "arrojado a la pobreza" a muchos niños e incrementado los niveles de vulnerabilidad a aquellos que ya eran pobres.
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