Cuadrar un círculo no es imposible, al menos eso nos dicen los matemáticos. Lo que es seguro es que no es fácil. Se necesitan múltiples operaciones y mucho estudio. Lo mismo que está haciendo Mercadona en sus tiendas. La cadena se ha propuesto implantar los principios de la economía circular en un tiempo récord.
La economía circular también suena a problema matemático irresoluble, pero es bastante más simple. Básicamente es evitar que los residuos que se generan con cualquier actividad no se conviertan en un desperdicio, que por definición es imposible de volver a reutilizar.
El término economía circular ha venido para quedarse. Mercadona lo sabe. Es el futuro. No sólo permite ser más responsable con el medio ambiente sino que permite generar beneficios económicos. Como dirían los anglosajones un win-win en toda regla.
Tiendas piloto andaluzas
Desde hace unas semanas, ya hay once tiendas piloto de Mercadona basada en estos principios repartidas por toda Andalucía. Todas ellas se basan en lo que llaman la estrategia 6.25. Resumido: su operativa está enfocada a facilitar el cumplimiento de seis acciones que permitan reducir el uso plástico en al menos un 25% antes del año 2025.
Además, para esa fecha, Mercadona se ha propuesto que todos los envases de los productos de sus proveedores sean de plástico reciclable y que todos los residuos de este material de sus tiendas sea igualmente reutilizado. La estrategia está guiada por el principio de que "el mejor residuo es el que no se genera".
El paradigma de las aceitunas
Un ejemplo, los botes de aceituna tenían hasta ahora un pequeño plástico que sellaba la tapa. Era casi indistinguible, pero era la señal de que el bote no había sido abierto. Ahora, esa tira que ya de por sí estaba reducida a su mínima expresión (hace años el plástico rodeaba parte del bote) será sustituida por un sistema de cierre hérmetico que no requiere la utilización de ese plástico y el cliente sabrá por un sonido característico que está estrenando el producto. Adiós plástico, bienvenida señal acústica de que se está reduciendo el uso innecesario de plástico.
Además, las bolsas de plástico de un sólo uso para los productos frescos como las frutas, verduras o el pescado también tendrán los días contados en Mercadona. Las tiendas de la cadena irán incorporando una nueva bolsa hecha con fécula de patata, totalmente biodegradable.
Concienciación y educación
Esos son dos pequeños detalles, pero lo que no será ni pequeño ni indistinguible es la completa señalética que tendrán estas nuevas tiendas alineadas con la economía circular.
El establecimiento piloto que hay actualmente en el barrio de Los Carteros de Sevilla recibe a los clientes con un gran mosaico con las seis principales acciones para reducir el consumo de plástico y favorecer que el residuo no se convierta en desperdicio.
Los pasillos están repletos de grandes carteles, de señales indicadoras de cómo reciclar, de qué está compuesto cada envase y a qué bidón de reciclaje debe ir una vez usado. La idea es que no sólo Mercadona recicle (ya lo hacen con 220.000 toneladas de plástico y cartón cada año, que vuelven a la tienda en forma de bolsas de caja o de nuevos envases de cartón), sino que también lo hagan sus clientes. Que el círculo no sólo se intente cuadrar en Mercadona sino en cada hogar.
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