Alcalá la Real

El archivo Toral, uno de los grandes fondos privados del siglo XIX español

Poemas originales de Bécquer, partituras de Lan Adomián, documentos de la presencia española en Filipinas, son algunos de los tesoros de esta magna colección

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  • Paco Toro y Mª Carmen Muñiz, con el original del poema "Qué solos se quedan los muertos", de Gustavo Adolfo Bécquer. -

Puede afirmarse sin temor a caer en la exageración: el archivo que atesora la Asociación Enrique Toral y Pilar Soler es uno de los fondos privados de referencia para la investigación de la literatura de la segunda mitad del siglo XIX español. Y se encuentra en Alcalá la Real. Las razones para ello se sustentan en una serie de avatares del destino, en los que han tenido mucho que ver el tesón y la dedicación del técnico municipal de Cultura, Paco Toro, y su mujer, Mª Carmen Muñiz, gestores de dicha asociación.

Los orígenes: ¿por qué Alcalá la Real?
Todo se remonta al cuarto congreso de Estudios de Frontera, que se celebró en Alcalá en noviembre del año 2001. Por mediación de Manuel Urbano, Paco Toro tiene noticia de un estudioso especialista en el siglo XV. De ascendencia jiennense, su edad es muy avanzada y reside en Madrid. Su nombre es Enrique Toral y Peñaranda. Será el inicio de una profunda amistad, que tendrá su primer gesto en la dedicación del congreso a este investigador. Nacido en 1920, Enrique Toral tiene ya en esas fechas 81 años, y una ingente obra publicada. Sin embargo, Paco Toro podrá constatar que guarda miles de carpetas escritas a mano, con material que aún no se ha publicado, y se ofrece a transcribirlas, ya que, una vez muera el erudito, esta documentación resultará completamente ilegible. En ese momento ya existía el Centro de Estudios Históricos Carmen Juan Lovera. Por expreso deseo de la gran historiadora, y coincidiendo con la nueva legislación de la Junta de Andalucía sobre la materia, se crea entonces la Asociación Cultural Enrique Toral y Pilar Soler. La asociación permite cumplir el sueño de Enrique Toral, al acoger el legado que este ha ido atesorando a lo largo de una vida. Y es que, con la muerte de Enrique Toral, en 2015, no solo muere un gran estudioso y coleccionista, también desaparece una estirpe, ya que ninguno de los siete hermanos que forman la familia Toral, cuyo padre, José Toral y Sagrista, había nacido en Andújar, dejará descendencia.

El legado de una familia excepcional
Una de las últimas voluntades de Enrique Toral será que todo este legado venga a Alcalá la Real, en agradecimiento a la labor de la fundación a lo largo de estos 15 últimos años de su vida. Con la adquisición de un local en la calle Veracruz, junto a otro piso en la Carrera de las Mercedes, se ha dado cumplimiento a este deseo. Por otro lado, la labor de investigación durante estos años llevada a cabo desde la fundación ha servido para realzar la figura no solo de Enrique Toral, sino también la de sus hermanas Carolina Toral y María Teresa Toral, en homenaje de la cual se ha instituido un premio anual de arte contemporáneo. La intención es, ahora, habilitar el local de la fundación en la calle Veracruz para ponerlo al servicio de los investigadores que así lo demanden, y que podrán, por tanto, consultar sus fondos, algo que ya se viene haciendo y que ha dado lugar a la publicación de numerosas obras. Es importante destacar que la fundación pone a disposición de los investigadores todo el fondo documental del que dispone, sin ninguna limitación.


Originales de los grandes poetas del XIX
Para hacernos una idea de la riqueza con que cuenta el fondo hay que decir que este dispone de unos 500 volúmenes encuadernados de cartas pertenecientes a personalidades relevantes del siglo XIX. Hablamos de documentos originales de escritores tan importantes como Gustavo Adolfo Bécquer, Ramón de Campoamor, Juan Eugenio Hartzenbuch o Félix María de Samaniego. El archivo cuenta, igualmente, con un importante fondo relacionado con las posesiones de Puerto Rico y Filipinas, procedente de la documentación heredada del abuelo de Enrique Toral, Carlos Peñaranda, quien fuera gobernador de Puerto Rico y de la provincia de Pangasinán, en Filipinas. También su tío, Enrique Toral, participaría en la guerrilla de San Miguel, que luchó contra los tagalos y posteriormente contra el ejército norteamericano, antes de que se consumara la pérdida de las provincias de ultramar, en 1898. Una parte muy importante de este fondo está formado por documentos inéditos.

Como curiosidades, el archivo cuenta con todas las obras y manuscritos inéditos de Gracián Quijano, el seudónimo con el que fue conocida la escritora y poeta Francisca Cristina Sáenz de Tejada (1896-1976), que publicó una extensa obra a lo largo de las décadas de los cuarenta y cincuenta. Muy interesantes son también los fondos pertenecientes a Carolina y María Teresa Toral. Carolina Toral (1908-1979) destacaría como cuentista y novelista, pero también como traductora. Brillante políglota, a ella se debe la traducción de más de cien obras de autores como Berthe Bernage, Sonia Founier o M. Deily, entre otros muchos. Pero, sin duda, su especialidad fue la literatura infantil. No en vano, fue autora de la primera historia de la literatura infantil española, publicada en 1957. En cuanto a María Teresa Toral (1911-1994), destacó como química, farmacéutica y artista grabadora. Fue ayudante de Enrique Moles, eminente químico y físico español, que desarrolló su labor en la primera mitad del siglo XX. Debido a su militancia antifranquista, tras la Guerra Civil se exilió en México en 1956, de donde no regresó hasta poco antes de su muerte.

El fondo se ha nutrido, además, con aportaciones relacionadas con el propio devenir biográfico de la familia Toral. Es el caso de los aproximadamente 2.500 volúmenes pertenecientes a la colección de Ricardo Fuente (1866-1925), periodista español de ideología republicana y fundador junto a Lerroux de la Federación Revolucionaria. La conexión con los Toral se produce a través de su nuera, Carmen Caamaño, dirigente del Partido Comunista de España, que llegó a ser gobernadora civil de Cuenca, y que fue detenida y encarcelada cuando intentaba huir de las tropas franquistas, en 1939. En la Cárcel Modelo de Madrid coincidiría con María Teresa Toral, estableciéndose un vínculo que, a la postre, serviría a Paco Toro para entrar en contacto con su nieto, quien terminó donando la colección de su abuelo, Ricardo Fuente, a la asociación Enrique Toral y Pilar Soler.

Pequeñas joyas: las partituras de Adomián
Entre las joyas que atesora este increíble archivo se encuentran también las partituras originales de algunas de las obras del compositor de origen ucraniano Lan Adomián (1905-1979), autor, entre otras muchas obras, del llamado “Nuevo Himno de la República Española”, sobre letra de Miguel Hernández. Adomián había participado formando parte de la Brigada Lincoln en la Guerra Civil Española. No obstante, y debido a una enfermedad pulmonar, fue destinado a Valencia, en donde compondría la “Canción de la VI División”, que años más tarde serviría de base para su himno republicano. La vida de Adomián es apasionante, como la de tantos y tantos de sus coetáneos. De regreso a los Estados Unidos, fue expulsado del país debido a su ideología política, en el marco de la conocida como “Caza de brujas”, desencadenada por el senador Joseph McCarthy en la década de los cincuenta. Exiliado en México, allí conoció a María Teresa Toral, con quien contrajo matrimonio. A la muerte de Adomián, a finales de los setenta, María Teresa llegaría incluso, aprovechando sus conocimientos de música, a terminar las últimas obras que el compositor había dejado inacabadas.

En definitiva, miles de secretos, vivencias, creaciones y aspectos poco conocidos de una serie de personalidades que jugaron un papel significativo en nuestra historia y que descansan en el seno de esta asombrosa colección. Hasta el momento, la asociación Enrique Toral y Pilar Soler ha publicado alrededor de un centenar de obras, desarrollando, por tanto, una gran labor divulgadora para el conocimiento de este fondo documental y su época, así como de la deslumbrante saga que constituyó la familia Toral. Ahora estos fondos se abren aún más a todos aquellos investigadores interesados en continuar desentrañando el inconmensurable valor documental que se atesora en este archivo localizado ya de forma permanente en nuestra ciudad: Alcalá la Real.

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