La Pasión no acaba

Miércoles de azúcar

No es un miércoles cualquiera. El sonido de siempre de la verja de azúcar del número 42 de la calle Sierpes cuando levanta la brisa del centro ha regresado...

Publicado: 16/09/2020 ·
18:04
· Actualizado: 16/09/2020 · 18:04
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  • La confitería Ochoa reabre sus puertas. -
Autor

Víctor García-Rayo

El periodista Víctor García-Rayo es el presentador y director del programa La Pasión de 7TV Andalucía

La Pasión no acaba

Dedicado al alma de

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No es un miércoles cualquiera. El sonido de siempre de la verja de azúcar del número 42 de la calle Sierpes cuando levanta la brisa del centro ha regresado a las paredes de la historia de la ciudad más hermosa del mundo. Suena a gloria bendita. La tradición se ha puesto su vestido de fiesta y huele a canela y dulce de leche, a mostrador de cristal limpio y nata jugosa. Huele a café recién hecho, a un batido que solo puedes tomarte en estas mesas porque el secreto duerme cada noche en esta cocina. También huele a las manos de tu abuela, a día naciendo, a  ilusión fresca, a milhojas y cientos de sueños que pueden cumplirse si tu día arranca con un desayuno de un lugar centenario, emblemático, maravilloso.


Aquí le ha dado el último beso aquel chaval a su novia la mañana que partía a cumplir con el servicio militar, en este lugar se han jurado amores eternos y se han roto historias inolvidables; se pegaron con el pegamento de una deliciosa merienda los jarrones rotos de muchas relaciones y se han prometido besos, negocios, amistades y conquistas. La esquina de este centenario negocio del paladar conoce la bien los acontecimientos vitales de una ciudad que lleva en las venas el café de esta confitería.  


Ya están los camareros sonriendo. Se acaba de abrir el telón de más de un siglo de historia en Sevilla. Azúcar y sal. Servicio y mano tendida. Las páginas de siempre en un libro nuevo. Abre Ochoa, por fin. Y la boca se te hace agua. Y Sierpes parece más Sierpes.


Esperanza y Alejandra tienen el mismo número de letras en sus nombres e idénticos latidos en sus corazones. Ochoa es su vida. No han sido felices en los últimos meses hasta que esta mañana comenzaron las carreras de la barra a las mesas, de las mesas a la cocina, de la cocina por la escalera hacia arriba, de arriba por la escalera hacia abajo, al mostrador. Y del mostrador...al bienestar de sus clientes, que es algo que ellas llevan en el pecho, impreso, marcado con el fuego de flambear la historia con el alcohol de los años que escuece en la responsabilidad. Ochoa es sinónimo de prestigio, de tradición, de familia. Y ellas lo saben.


Hoy abre sus puertas, por fin, una empresa centenaria de máxima confianza, tan sevillana como la calle que ocupa. Y el paladar lo sabe. Hoy se glasea el calendario, se abren las emociones en trocitos de chocolate, los niños se manchan el contorno de la boquita con deleite de cacao y fresa y los caballeros cierran los ojos dejando que el café de Ochoa se deslice -por fin- por la garganta buscando el agrado de toda la vida.  Ochoa es el jugador, no la ficha. Que empiece la partida. Ya está el tablero sobre una mesa de la esquina de Sierpes con Cerrajería. Yo jugaré con las fichas que me digan Esperanza y Alejandra. Ojalá sean de color negro, como el chocolate amargo de Ochoa que hoy me endulza este nuevo día.  

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