Medio millar de feriantes se han manifestado este lunes en Sevilla para llamar la atención sobre la situación de este colectivo por la suspensión de todas las ferias debido a la pandemia del coronavirus.
Se trata de la primera de las tres protestas en coche y a pie programadas, además de para hoy, para el 16 y el 23 de junio, y los feriantes han protagonizado una marcha por el casco histórico de Sevilla que ha finalizado en el Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía.
Un portavoz de los afectados, Rafael García, ha dicho a Efe que están viviendo la situación actual "sin ninguna explicación, por eso hemos tomado la decisión de salir a las calles" y ha asegurado que la Junta de Andalucía les ha dejado "abandonados, sin esperanzas, y todo el mundo parece que va a llegar a la nueva normalidad, menos nosotros".
Sobre las ayudas con las que están contando en estos meses, ha dicho que ellos se acogen a la figura de "feriantes temporeros", de modo que "los que les ha cogido esto dados de alta, han podido recibir ayuda, pero el resto ninguna".
Los feriantes denuncian que les han anulado "todo tipo de fiestas y ferias por las aglomeraciones, y sí pueden abrir centros comerciales, parques temáticos y atracciones o teatros y cines".
Entre los apoyos que han recibido los afectados, la Unión de Autónomos UATAE-Andalucía ha pedido que "se solucione de forma urgente la situación que viven estos trabajadores autónomos feriantes, que han sido los grandes olvidados de la reactivación", según su secretario general, Pepe Galván.
Galván ha indicado que "estos pequeños empresarios se encuentran en un limbo legal y político, ya que la suspensión de ferias, romerías, verbenas y fiestas populares les ha dejado sin lugar donde realizar su actividad y sin reflejo en ninguna normativa de reactivación".
Se ha referido a las recomendaciones de la Junta de Andalucía, a través de su portavoz, Elías Bendodo, para que "durante todo el verano no se celebren por responsabilidad" las ferias y ha indicado que "la sugerencia no se ampara en ninguna normativa sanitaria, pero tampoco se hace una expresa prohibición, por lo que supone una dejación de funciones, trasladando la responsabilidad y la decisión a los ayuntamientos y otras instituciones organizadoras que, en la mayoría de los casos, están suspendiendo actos hasta septiembre".
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