La Junta de Andalucía no tiene claro aún ni cuándo ni cómo abrirán al baño las playas el próximo verano pero el vicepresidente del Gobierno autonómico, Juan Marín, confía en que sea posible los días 8 o 10 de junio, antes de lo previsto por el Ejecutivo de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en su plan de desescalada.
En este sentido se expresó el también líder autonómico de Ciudadanos este pasado jueves en una entrevista de Ana Huguet para el programa Siente Cádiz, que emite semanalmente 7TV, remarcando que “podremos disfrutar” del litoral pero, admitió, será un “verano diferente”.
Existe la certeza casi absoluta de que la playa es un entorno poco propicio para el coronavirus. Joan Ramón Villalbí, integrante de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), apunta en conversación telefónica, “a que el virus no es un problema en el agua salada ni en el agua clorada”.
El calor y la sequedad mantendrían a raya al coronavirus. “El virus se transmite por el contacto estrecho y por medio de objetos de uso común -añade-, de manera que la clave está en el distanciamiento”. Sin que haya aún experiencias en otras partes del mundo que indiquen el camino adecuado, “en Italia se habla de acotar diez metros cuadrados por cada sombrilla, permitiendo hasta una decena de personas por espacio, y no es mala idea”, pero, lógicamente, este control es más fácil en una playa grande que en una playa pequeña.
“Es un tema de salud y de sensibilización de la ciudadanía”, explica, pero también una cuestión “empresarial y de organización”. Y no es fácil. Óscar Díaz, responsable del chiringuito Salvador, en Las Redes, en El Puerto, considera que parcelar toda la playa “es imposible, una cosa de locos y un dineral”.
Sabe de lo que habla. Gestiona además las hamacas y las tumbonas en Valdelagrana, donde también está al frente del establecimiento hostelero Palapa Beach. “Estamos preparándonos para empezar cuanto antes”, asegura, pero la incertidumbre es absoluta.
“Sin turismo internacional y sin que los hoteles traigan a gente”, los números no salen. Abrir al 50% de aforo dificulta la viabilidad del negocio. La Junta pedirá al Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico la exención del pago del canon anual de ocupación del dominio público marítimo terrestre.
“Sería un alivio”, admite Díaz. El vicepresidente de la Asociación de Chiringuitos de Cádiz, Manuel Martínez, sostiene que preparar un local para ofrecer servicio obliga a invertir entre 15.000 y 30.000 euros. “Soy una persona positiva, espero que las cosas estén bien. Sin canon podré contratar con mayor libertad”, afirma. Y añade que, además, “hace falta que la gente tenga ganas de salir”.
Pero el ocio se verá afectado irremediablemente. Con menor oferta, para empezar. La responsable de actividades de Actiba Mar & Aventura, que ofrece servicios lúdico-deportivos en Valdelagrana, Vistahermosa, Puerto Sherry y Las Redes, indica que solo estará abierto el centro en esta última playa. Se piensan Puerto Sherry. De los 45 trabajadores que emplean en verano, solo se incorporará un tercio.
La empresa, que cumple 20 años, ha perdido la temporada media ya, entre marzo y junio, con grupos de estudiantes, fundamentalmente de Madrid, que disfrutan de su viaje de fin de curso en la provincia y practican surf, kite o vela o alquilan kayaks, padel surf o catamarán, explica Macarena Neva. “Estamos a la espera de que nos concreten cómo podremos desarrollar nuestras actividades”, y se muestra optimista porque “hay mucha gente interesándose ya por los campamentos náuticos (solo en horario de mañana, no se pernocta, dado que eso impediría su celebración, en principio)”.
También confía en que podrán montar el enorme parque acuático que forma parte del paisaje estival de El Puerto, en la playa de Las Redes. “Habrá que mantener distancias”, señala, aunque admite que será más complicado.
Mientras que se aclara la cosa, la firma se adapta al protocolo de turismo activo del Instituto para la Calidad Turística Española, del Ministerio de Sanidad, que contempla, entre otras medidas de prevención, la desinfección de chalecos y material de alquiler para disfrutar del mar.
“Dicen que el agua salada mata al bicho, pero “el uso de la mascarilla mojadas no sería útil”, explica sin ocultar tanto las ganas de recuperar la cotidianeidad como las dudas ante un verano que, en cualquier caso, no olvidaremos nunca.
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