El PSOE andaluz acometió este lunes los cambios ya pregonados durante el fin de semana en su grupo parlamentario y en su Ejecutiva, que al final no fueron más allá de lo que ya se sabía para quedarse así en una mini renovación. No se aprovechó la ocasión para acometer una revolución de mayor calado y abrir la puerta a nuevas caras, con lo que al final todo el proceso tiene un único damnificado: Mario Jiménez, que deja la portavocía del grupo parlamentario al exconsejero de Medio Ambiente José Fiscal para convertirse en diputado raso “con otros cometidos”.
Desde el partido se afanaron en asegurar que ni mucho menos Jiménez es un cabeza de turco, y que su adiós no es un guiño de la líder de los socialistas andaluces, Susana Díaz, al máximo responsable federal, Pedro Sánchez. Pero lo cierto es que el único que falta en la foto final es Jiménez, ya que Díaz no introduce caras nuevas y sigue rodeada en el Parlamento por una guardia pretoriana de cuatro exconsejeros: Fiscal es el nuevo portavoz y Rodrigo Sánchez Haro se mantiene como secretario general, al igual que Manuel Jiménez Barrios sigue como portavoz adjunto acompañado de Rosa Aguilar, que entra en sustitución de una Sonia Gaya que renunció a su acta para ser concejal en Sevilla.
Al que le tocó verbalizar la opinión del PSOE fue a su secretario de Organización, Juan Cornejo, que primero expresó el apoyo de la formación a la táctica de investidura de Pedro Sánchez y luego cargó contra el barómetro político de la Junta. Cuando llevaba 19 minutos de rueda de prensa abordó los cambios, empezando por la designación del exviceconsejero de Presidencia Fernando López Gil como senador.
“Un gran socialista”
De Mario Jiménez no se empezó a hablar hasta pasados 23 minutos, reiterando Cornejo una y otra vez que el ya exportavoz es su amigo y “un gran socialista”. Jiménez, que estuvo en la reunión de la Comisión Ejecutiva que decidió los cambios, “ha hecho una labor estupenda”, “ha prestado un servicio y una labor incalculables” y ha llevado a cabo “una buena gestión en una situación complicada” como es estar en la oposición, “que es la primera vez que estamos y tenemos que aprender”.
Entonces, si el trabajo de Jiménez ha sido tan intachable, ¿a qué obedece el relevo? Pues a que “hay que dar un nuevo impulso”. La nueva estructura, apostilló, “no es mejor ni peor, pero hay que renovar, algo que ocurre en todos los partidos”.
Para Cornejo, “no es justo” centrar en Mario Jiménez los cambios porque “no hay nada especial” tras el mismo, aunque muchos lo hayan interpretado como que Susana Díaz ha sacrificado a quien era uno de sus más estrechos colaboradores. “No hay crítica interna”, incidió el secretario de Organización, quien subrayó que todas las decisiones se tomaron por unanimidad, incluida la incorporación a la Ejecutiva del sanchista Joaquín Dobladez, que asumirá la delegación de Transición Ecológica y Cambio Climático.
Con Jiménez se había hablado y él “tenía conocimiento desde hace tiempo” de que dejaba de ser portavoz. ¿Un mensaje de conciliación al sanchismo? “No, con el federal vamos todos a una, no tiene nada que ver con Mario”, reiteró. Renovación pura y dura, repitió, pero una renovación con un único protagonista.
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