Llega el verano y miles de niños pertenecientes a familias en riesgo de exclusión social dejan de beneficiarse de la saludable dieta a la que optan durante el curso escolar. La situación es tan dramática que de los más de 25.000 usuarios de comedores escolares, un 55 por ciento del total se beneficia del cien por cien de la bonificación que ofrece la Junta de Andalucía. Es decir, que viven directamente en riesgo de pobreza.
Según datos facilitados por la administración autonómica, un total de 13.766 niños reciben el total de la subvención, y un 75 por ciento (unos 18.842 niños), se benefician de algunos de los siete tramos de bonificaciones, que varía entre el 10 al 100%. Una inversión que supera los 10 millones de euros. Sólo un 25 por ciento, unos 5.676 niños, no tienen ninguna bonificación.
Por ilustrar la situación, para beneficiarse del cien por cien de las ayudas en los comedores escolares -también aplicable al aula matinal y a las actividades extraescolares- una familia de cuatro miembros debe tener unos ingresos iguales o inferiores a 12.571 al año, una cantidad que los posiciona directamente por debajo del umbral de la pobreza. Y es que según el INE, los ingresos que marcan el umbral de pobreza de una persona se situó en 8.114 euros, y en 17.040 para los hogares compuestos por dos adultos y dos menores.
Distintas organizaciones han alzado la voz de alarma en los últimos tiempos sobre la necesidad de prolongar estas ayudas sociales durante todo el año, porque el hambre no sólo aprieta en invierno, y porque cada vez son más los niños que no reciben una dieta saludable. Concretamente, según un informe de la organización Educo, unos 200.000 niños en toda España no pueden permitirse incluir en su dieta carne, pollo o pescado cada dos días, al ser productos prácticamente de lujo en su hogar.
La alarmante situación empieza a reflejarse en algunas iniciativas privadas y del ámbito de la administración pública, que empiezan a tomar conciencia y poner en marcha actuaciones para luchar contra la exclusión. Y es que por mucho que se intente disfrazar, los datos son los que son. Y en Andalucía dos de cada cuatro niños están en riesgo de exclusión social y no tienen una comida al día.
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