Según el abogado Fernando Osuna, que defiende a la mujer, la muerte de la niña "pudo sin duda haberse evitado", ya que la atención sanitaria recibida por la madre fue "absolutamente negligente".
El letrado ha explicado que la niña "fue sometida a un sufrimiento fetal que se hubiera controlado sin problemas si no se hubieren realizado actuaciones médico-sanitarias apartadas por completo de cualquier tratado de obstetricia de nuestro país".
La niña permaneció sin oxígeno "durante un tiempo superior a diez minutos por deficiente actuación sanitaria", ha apuntado Osuna, que atribuye la muerte de la pequeña "a una inadecuada y deficiente praxis sanitaria" y no "a un hecho casual o fortuito".
Para el abogado, el personal que atendió a la madre primeriza "debió llevarla a un obstetra o algún facultativo preparado para atender el parto".
Osuna ha concluido que el fallo del TSJA no se puede recurrir "porque la cantidad reclamada es inferior a la que marca la ley para que se pueda recurrir ante el Supremo".
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