Huelva

Montoya fue el sospechoso con "mayúsculas" del asesinato de Laura

Los investigadores describen al autor confeso del crimen como un asesino

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  • Montoya. -

Bernardo Montoya está acusado del homicidio de Laura Luelmo, de secuestro y de agresión sexual. Según confesó el coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva, Ezequiel Romero, este asesino es “desorganizado” y con “un alto grado de impulsividad”, todo ello demostrado por su reacción fatal tras los intentos de resistencia de la joven zamorana en el interior de la residencia de El Campillo.

Desde el momento en el que la Policía Judicial entró en la casa de Laura el viernes 14 de diciembre, Bernardo fue el sospechoso “con mayúsculas”. Investigadores, acompañados por el padre y el novio de Laura y la casera del piso, que era compañera del IES Vázquez Díaz de Nerva, vieron al asesino cuando salían del domicilio.

Los agentes le preguntaron a Bernardo si sabía algo de la desaparición de la joven. Él mantuvo la sangre fría y dijo desconocer de lo que le estaban hablando. Agentes de la Guardia Civil identificaron a Bernardo y comprobaron su amplio historial delictivo.

El asesino de Laura salió de la cárcel de Huelva el pasado 22 de octubre tras permanecer allí durante 21 años. Entró en prisión por asesinar a una mujer de 85 años que iba a declarar contra él en un juicio. Además, en varios permisos penitenciarios, Bernardo se pasó de días en volver a la cárcel e incluso intentó violar a una joven de El Campillo, pero finalmente fue condenado por un delito de amenazas.

Desde el viernes 14 de diciembre, un coche patrulla se quedó inmóvil a las puertas de la casa de Laura. Enfrente vivía Bernardo.

Los investigadores descartaron casi desde el principio que la desaparición de Laura fuera accidental. La familia echó en falta prendas deportivas en la casa, lo que denotaba que efectivamente podía haber salido a caminar.

Durante los días posteriores, Montoya intentó en una ocasión, muy pegado a la pared para intentar no ser visto, llegar hasta su casa, pero desistió al percatarse de la presencia de la Guardia Civil. También fue seguido hasta una gasolinera de Palos de la Frontera, donde repostó.

Según la Guardia Civil, al principio tampoco tenían datos objetivos de la implicación de Bernardo, pero sí la seguridad de que, dados sus antecedentes, no ocultaría a la joven en su casa.

El martes 18 fue el día de su detención. Él fue a hacer sus necesidades al Hospital Juan Ramón Jiménez de la capital onubense, pero desistió porque había una patrulla de la Policía Nacional.  Él decidió irse hacia El Campillo pero se desvió por un camino a la altura de Valverde del Camino. Ante la posibilidad de que huyera, la Guardia Civil le detuvo.

Posteriormente, pese a contar “una película”, reconoció los hechos. Sus impulsos “se anteponen a todo” y él “no piensa lo que va a hacer ni los rastros que puede dejar. Es caótico”, dicen los investigadores.

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