Se acercan ya amenazante los días en rojo del calendario electoral. Las promesas se multiplican de manera directamente proporcional a la cercanía de las fechas señaladas.
Da igual, todo es mejorable, ¿verdad? Todos los candidatos saben cómo hacerlo mejor y prometer es gratis... ¿Realmente lo es? Depende en gran medida de la persona que adquiera el compromiso.
Y eso, eso amigo mío, también tiene una relación directa con la honestidad del que promete. A mayor honestidad, mayor el compromiso… desgraciadamente, aquí he de colocar un “y viceversa”.
Qué pena que esas grandes soluciones para mejorar El Puerto sólo sean anunciadas en titulares, sin un subtítulo que lo aclare y sin un plan de recursos que lo sostenga… ¿Para qué?, que eso ya vendrá más tarde.
Ahora prometamos que ya veremos después si llegamos. Y en llegar están todos. Buscando avales, buscando caras nuevas –y no tan nuevas-, buscando apoyos que catapulten la inexperiencia a un grado superlativo… que luego cuando lleguemos, ya veremos.
Y así anda la dirección provincial del Partido Popular, aferrándose como a un clavo ardiendo a la posibilidad de alcanzar el poder en algunas de las poblaciones que todavía “controlan”, lejos del independiente Vejer que a golpe de apoyo al nuevo césar, relega de la cabeza de lista al Parlamento Andaluz a la adalid Mestre.
Y en ese afán por alcanzar una cuota de poder, su presidente, el tentetieso que eternamente se balancea y nunca cae, atrae a nuestra ciudad a toda la cúpula.
La misma que relegó a su adalid, la misma que relega a su secretario por detrás de un “ex defenestrado” Candón… por algo la agenda provincial y su actividad la sigue manejando él. Y ahora una foto con fulanito, ahora otra con menganito y ya, como remate, otra con César. Que las promesas si las complementamos con unos cuantos buenos “codo a codo”, mejor.
Ahora juzguen ustedes. Si el complemento viste más que el traje, o el traje no cumple con su cometido o el valor de este es insignificante.
Pero cada uno es lo que es, complemento, traje o aprendiz de ambos. En fin, que Dios reparta suerte, que El Puerto bien vale una Misa… y no crean que es una frase hecha, ¡que bien sé de qué hablo!
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