La situación con la que trabaja la Policía en El Puerto es otro de los asuntos que la clase política parece obviar por más que ésta venga reclamando desde hace años su patética realidad. A la demandada Comisaría para la Nacional y a la espera del compromiso del Gobierno central, el que esta semana queda retratado es el local con la Local en la interminable lista de reclamaciones.
La falta de materiales, de vehículos (algunos trabajan 24 horas) y las limitaciones con las que trabajan queda de manifiesto que por no funcionar no lo hace ni las comunicaciones de radio -con el riesgo que supone- o que los aparatos para realizar los controles de alcoholemia o el equipo de muestreo de drogas, están sin pasar las pertinentes revisiones. Ese es el día a día de la que debe velar por nuestra seguridad.
El verano empieza a su recta final y es cuando desde el sindicato policial se ha ofrecido la odisea en la que se han visto envuelto “a mediados de agosto, fecha en la que se ve aumentada la actividad por el turismo, se ha producido una situación límite”. El compromiso político debe ser algo más que dejarse ver por unas instalaciones de vez en cuando y responder de manera diligente a mantenerlas en perfecto estado de revista, todo lo contrario a su realidad.
La calidad con la que los policías desempeñan sus funciones diarias es de suma importancia por la repercusión que nos afecta.
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