La “dolorosa caída de votos” sufrida el domingo, donde su Unión Cristianodemócrata (CDU) perdió la mayoría absoluta en dos Länder, es en parte “expresión del descontento con el gobierno de gran coalición”, admitió Merkel.
“La fase caliente de la campaña empieza ahora”, declaró en la comparecencia de prensa junto a los líderes de los Länder, y en ella quedará claro que un gobierno entre la CDU y el Partido Liberal (FDP) es “la mejor opción” en tiempos de “crisis económica global”.
Impedir tal constelación es, por supuesto, la meta del aspirante socialdemócrata y ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, quien festejó ayer con euforia la pérdida de las últimas mayorías absolutas en manos de la CDU en el Sarre y Turingia.
“La carrera está abierta. Ayer (por el domingo) quedó claro que los sondeos son los sondeos y que la decisión viene después, con los electores”, sentenció ayer el presidente del Partido Socialdemócrata (SPD), Franz Müntefering, repitiendo así la máxima de campaña de Steinmeier.
El candidato del SPD sostiene, pese a los quince puntos que le separan de las filas de Merkel, que lucha por la Cancillería, aunque sin aclarar en qué constelación piensa apuntalarse.
Los rostros de Merkel y Münfering expresaban ayer todo lo contrario a optimismo ante las generales del próximo día 27.
La CDU perdió unos 13 puntos en el Sarre y también en Turingia.
Sólo en Sajonia, donde gobernaba en coalición con el SPD, tiene claro de que liderará el próximo gobierno, con este socio o en otra constelación.
El SPD celebró esa caída de votos como si fuera una victoria propia, aunque sus posibilidades de lograr un relevo en el poder en esos Länder pasa por coaligarse con La Izquierda, el partido que elección a elección se ha alimentado de los votos que ellos pierden.
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