Hatoyama, líder del hasta ahora opositor Partido Democrático (PD), obtuvo con su propuesta de “cambio de régimen” la mayoría absoluta en las elecciones de este domingo y propinó una humillante derrota al PLD, la fuerza que gobernaba Japón desde 1955.
Aunque los casi 33,5 millones de votos recibidos le permitirían gobernar en solitario, Hatoyama reafirmó hoy su intención de formar una coalición con los minoritarios Partido Social Demócrata y Nuevo Partido del Pueblo para dar más refrendo popular a sus políticas.
En una rueda de prensa de madrugada, el líder del PD, de 62 años, dijo que su prioridad en estos tiempos de crisis es elegir a su ministro de Finanzas, apostó por una transición “suave” y prometió “diálogo y cooperación” en el frente diplomático.
El futuro líder japonés se comprometió a crear un “Gobierno nuevo que escuche la voz de la gente” y ponga “énfasis en políticas para el pueblo” afectado por la crisis económica, el envejecimiento de la población y el creciente desempleo.
Yukio Hatoyama indicó que su victoria nace del “enfado” del electorado con los gobiernos del PLD, cuyo líder y todavía primer ministro, Taro Aso, reconoció ayer su responsabilidad en la “grave” derrota y reafirmó que dejará la presidencia del partido.
Aso, de 68 años, declaró que el PLD no respondió a los problemas sociales de Japón, incluida la creciente disparidad social, y abogó por la renovación de un partido nacido en plena posguerra, que convirtió a Japón en la segunda potencia económica.
Su batacazo electoral en pleno siglo XXI, tras años de estancamiento, ha sido inapelable pues el PD prácticamente triplica en escaños a los liberales demócratas, 308 asientos frente a 119 en una Cámara de Representantes compuesta por 480 diputados.
Hatoyama será elegido primer ministro por la Cámara Baja una vez ésta se constituya en la tercera semana de septiembre, alrededor del día 15, a tiempo de poder asistir a la cumbre del G20 en Pittsburgh y a la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
Antes dejará nombrado su Gabinete, al que quiere dar un perfil muy político, con ministros más jóvenes que los dinosaurios del PLD –algunos de sus Gobiernos tuvieron de media la edad de jubilación– y previsiblemente varias mujeres en sus carteras.
El PD quiere marcar un antes y un después en una política japonesa dominada durante décadas por el aparato del PLD, cuyo Gobierno se supeditaba al partido, y eligió como modelo la Administración británica, menos burocrática y con diputados al frente de puestos relevantes.
Hatoyama, que quiere reducir la extensa burocracia nipona, creará un departamento de estrategia nacional para supervisar las políticas del Gobierno y destinará a un centenar de diputados como altos cargos en ministerios y agencias gubernamentales.
Recelo entre las empresas niponas
La elección del opositor Yukio Hatoyama como primer ministro nipón, con un programa de reforma fiscal y ayudas directas al ciudadano, es vista con inquietud por el poderoso sector empresarial nipón, ligado durante décadas al saliente PLD.
La economía mundial, pero especialmente la japonesa, está atenta a los pasos que va tomar el Partido Democrático (PD) de Hatoyama para poner en práctica un programa electoral que deberá lidiar con una deuda pública en aumento y el desempleo más elevado de la posguerra, el 5,7%.
La mayor patronal de empresarios japonesa, Keidanren, recibió con cautela la victoria del PD en las elecciones del domingo y pidió cooperación al nuevo grupo mayoritario en la Cámara Baja.
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