Las ciudades están sufriendo cambios sin precedentes. Cada año, 70 millones de personas se trasladan a las ciudades, de forma que en 2030 el 60% de la población mundial será urbana (ONU). En España, la mitad de la población ya lo es (Eurostat). Esta superpoblación requiere acciones en múltiples ámbitos: sostenibilidad medioambiental, seguridad pública o servicios ciudadanos. Las tecnologías de ciudad inteligente permiten transformar la información en acciones que mejoran los servicios públicos y la calidad de vida de los ciudadanos.
Un ejemplo es Sevilla. El Ayuntamiento -en colaboración con Bosch, Telefónica, Ferrovial y Cisco- acaba de presentar una iniciativa pionera que se ensayará durante la Semana Santa. Se trata de una herramienta de control de afluencia de personas y de un sistema de iluminación graduable. Este proyecto de Internet of Things (8 cámaras de Ultra Alta definición, 18 cámaras de video-vigilancia, 101 cámaras de tráfico y 183 luminarias LED en once zonas de actuación prioritaria) será controlado mediante una plataforma digital y un avanzado sistema de telecomunicaciones que incluso permitirá el seguimiento constante de las diferentes hermandades mediante GPS.
Según los cálculos de Cisco, una ciudad con 1 millón de habitantes generará 180 millones de Gigabytes de datos diariamente en 2020, y un 40% de los datos procederán de sensores y objetos inteligentes. La digitalización de las ciudades implica conectar personas, procesos, datos y objetos de forma innovadora. Y aplicar analítica de Big Data (especialmente en el extremo de la red) para procesar los datos en tiempo real y tomar decisiones informadas con mayor rapidez.
En el proyecto de Sevilla, las imágenes y datos recopilados se consolidarán en las pantallas del centro de control donde, sobre un plano de la ciudad y un cuadro de mandos visual, podrá ser consultada por los servicios municipales en tiempo real. Esto permitirá reforzar la seguridad del público asistente y de las hermandades. La temperatura del color y la intensidad de las luminarias pueden ser controlados desde este centro de control lo que permitirá que durante el paso de las procesiones la iluminación se asemeje a la de Sevilla en el siglo XVIII, anaranjada y tenue, mientras que pasará a blanco intenso en el resto de ocasiones. En caso de emergencia, toda la iluminación puede pasar a blanco de máxima intensidad simplemente apretando un botón.
Los datos permitirán también controlar el aforamiento de las distintas ubicaciones, incluso realizar un conteo preciso de afluencia total. Además de vídeo-vigilancia e iluminación, las soluciones de ciudad digital pueden aplicarse a múltiples ámbitos: telemedicina, teletrabajo, parking, transporte, smart grids (optimización redes de suministro), gestión del agua y de los residuos… Pero normalmente hay una falta de integración. Las aplicaciones, sensores y dispositivos conectados se encuentran en silos, gestionados por distintos proveedores, departamentos y agencias urbanas. Se requiere así una plataforma de software abierta y segura que mejore la eficiencia operativa integrando múltiples soluciones de smart city y todos los datos procedentes de dispositivos y sensores, combinándolos en una arquitectura cuya clave es una red inteligente.
Este es precisamente el enfoque de Sevilla, que podría conectarse con más dispositivos IoT (como semáforos o contenedores de residuos con sensores) para integrar nuevos servicios y aplicaciones como recogida de residuos inteligente o la gestión del tráfico. El último elemento fundamental para la digitalización de las ciudades es la colaboración público-privada y abierta. Los mejores resultados se obtienen con la participación de ciudades, organizaciones, universidades y un amplio ecosistema de partners, start-ups y desarrolladores. Este es precisamente el modelo que Cisco aplica en las más de 100 ciudades de todo el mundo -incluyendo Sevilla, Barcelona o Granada- que apuestan por nuestras soluciones, y en nuestros Centros de Innovación de smart cities como el de Barcelona.
Además, las ciudades digitales deben ofrecer los mecanismos para una mayor participación ciudadana (open data y open government), ya que el objetivo principal de las iniciativas es mejorar la vida de los ciudadanos. España ha realizado importantes avances en smart city, y 79 ciudades del país ya pertenecen a la Red Española de Ciudades inteligentes (RECI). Es el momento de extender la tecnología digital a un mayor número de territorios españoles para situarnos como referte europeo.
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