Nos encontramos en plena campaña de aceituna y poco se ha hablado este año de la falta de tajos para las mujeres, hecho que denunciaron la pasada campaña los sindicatos. Sin embargo, a pesar del silencio, la situación poco ha mejorado y la discriminación que la mujer está sufriendo a la hora de acceder a un puesto de trabajo sigue a la orden del día. Los datos mensuales del paro y las Encuestas de Población Activa revelan desde hace tiempo la destrucción de mayor porcentaje de empleo femenino desde que comenzara la crisis. En el caso concreto de la recogida de aceituna, la mecanización de los últimos años, necesaria e imprescindible para el sector, no ha ido acompañada de formación para las mujeres, igual de capacitadas, como han demostrado a lo largo de los siglos, para trabajar en un tajo, haciendo muchas veces los trabajos más duros, pero siempre los menos cualificados y peor pagados. La igualdad y sus políticas deben ser aplicadas en todos los sectores y la Agricultura debe ser una más, sobre todo si lo que se busca es fijar población en el medio rural para evitar la despoblación que lleva sufriendo la provincia más de una década. No se puede, por tanto, prescindir de la mitad de esa población y es necesario una mayor sensibilización social, empresarial y política. Poco o nada hemos avanzado en un año.
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