La Unidad de Trastornos Respiratorios del Sueño del Hospital Regional de Málaga realiza cada año más de mil estudios para detectar problemas respiratorios a los pacientes mientras duermen. Esta unidad, que cuenta con cuatro habitaciones, ha sido reformada este verano para mejorar el confort de los usuarios que son ingresados en este área mientras se realizan las pruebas respiratorias.
La delegada de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, Ana Isabel González, visitó la finalización de la adecuación de esta unidad, ubicada en el Hospital General, junto al gerente del hospital, Emiliano Nuevo, y el equipo directivo. Durante la visita, el director de la Unidad de Gestión Clínica Médico-quirúrgica de Enfermedades Respiratorias, José Luis de la Cruz, explicó la importancia de que el centro sanitario apueste por mejorar este servicio, pues cada vez hay más enfermedades respiratorias porque se diagnostican más.
Así, Ana Isabel González ha manifestado la importancia de detectar las enfermedades relacionadas con el sueño, "puesto que un mal descanso está relacionado con la aparición de otro tipo de problemas de salud como trastornos cardiovasculares como ictus o hipertensión". Cada año en el Hospital Regional de Málaga se pone tratamiento contra la apnea del sueño a alrededor de 700 malagueños.
Ante la necesidad de realizar cada vez más pruebas de sueño para detectar problemas a los pacientes, la dirección del Hospital Regional ha decidido reformar la unidad en el periodo estival. En concreto, las mejoras realizadas en esta zona del centro se han llevado a cabo en el interior de las cuatro habitaciones. Así, se ha sustituido los revestimientos en paredes dotándolos de alta resistencia y se han instalado nuevos cabeceros con tomas de oxígeno. También se ha mejorado la instalación de luz con LED y se ha reparado el botón de comunicación paciente - personal de enfermería.
El adjunto de la Unidad del Sueño, Julio Torres, explica que en este área del hospital los pacientes acuden para dos tipos de pruebas. Una de ellas, la conocida como poligrafía cardiorrespiratoria domiciliaria, detecta los posibles problemas mientras el paciente está en su casa. Este se conecta al polígrafo cuando va a dormir para que se monitorice su descanso y, una vez concluye, el usuario acude de nuevo al hospital para que los profesionales vean las gráficas y detecten, si lo hubiera, algún problema respiratorio. Está previsto que antes de que acabe el año el Hospital Regional incorpore tres polígrafos más para aumentar la cifra de diagnósticos a domicilio.
La otra prueba, la polisomnografía, además de registrar los parámetros del polígrafo, incorpora variables neurofisiológicas, como electroencefalograma del sueño y electooculograma, que detectan variables neurofisiológicas que informan sobre las fases del sueño del paciente. El 90% de los casos dan un resultado concluyente que evita que el usuario deba volver a realizarse esta prueba diagnóstica.
Los pacientes que ingresan en esta unidad lo hacen durante toda la noche para la detección de los posibles problemas respiratorios. Los profesionales deben observar en los resultados de la polisomnografía si el paciente hace apneas, el número de interrupciones en su respiración así como el nivel de oxígeno. Una vez se diagnostica el trastorno respiratorio, los profesionales prescriben el tratamiento. El más habitual es la CPAP, un dispositivo de presión positiva administrado por vía nasal que los pacientes incorporan para dormir ya en el hogar.
Además de las apneas del sueño, las pruebas respiratorias detectan otros trastornos respiratorios que no se observan durante el día, como las hipoventilaciones nocturnas. El responsable de la unidad reconoce que el aumento de diagnóstico viene aparejado a una mayor concienciación por parte del resto de profesionales sanitarios, que envían a los pacientes a Neumología para que se realicen pruebas que puedan detectar estas posibles anomalías.
Los síntomas más frecuentes que evidencian un problema respiratorio aparejado al sueño es el ronquido, que suele estar acompañado de apneas nocturnas, y la hipersomnia diurna -estar mal descansado y tener sueño-.
Una vez los profesionales hacen el diagnóstico, además de la prescripción de un dispositivo CPAP si es necesario, se recomienda un cambio en el estilo de vida. "El 80% de nuestros pacientes tienen sobrepeso u obesidad, por lo que se les recomienda perder peso", asegura Julio Torres, que además aconseja dejar de fumar, no beber alcohol y evitar dormir boca arriba.
La prevalencia del Síndrome de Apnea-Hipopnea del Sueño (SAHS) es elevada en gran parte a consecuencia de la obesidad y el envejecimiento de la población. Se calcula que es de hasta un 10% entre los hombres de 30 a 49 años pero que alcanza el 17% en varones de entre 50 y 70 años. Las cifras en mujeres son menores, de entre el 3 y el 9%. A pesar de estos datos, actualmente sólo el 30% de los pacientes se encuentran en tratamiento.
Además de las pruebas mencionadas, los facultativos de la Unidad de Trastornos Respiratorios del Sueño se encargan también de otras técnicas como la ventilación domiciliaria y la ventilación mecánica no invasiva en pacientes con insuficiencia respiratoria aguda.
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