El Ayuntamiento también se ha sumado a la lluvia de ideas que ha forzado la Junta desde septiembre para reubicar a los alumnos que el próximo curso deberían empezar las clases en el nuevo instituto proyectado en la zona de La Granja. Tras retrasarse su apertura un año, la Administración andaluza ha fijado para el curso 2019-2020 su puesta en marcha, y ha propuesto que los casi 300 alumnos (entre los 120 de la sección que ya estudian en el CEIP San José Obrero y los 175 que entrarán en 1º de ESO el próximo curso), se repartan en aulas del CEIP San José Obrero, donde también se instalarán de nuevo dos módulos de prefabricadas.
La segunda opción, para que los estudiantes no estén en prefabricadas, es que las clases sean por la tarde, o bien distribuir a los estudiantes por distintos centros de la ciudad.
Ni un planteamiento ni otro es compartido por la Coordinadora por el nuevo instituto, desde donde creen que la solución pasa por acelerar los plazos para que el centro sea una realidad después del verano. Se agarran al precedente del CEIP El Membrillar “que se hizo en cuatro meses”, reiteran, siempre y cuando la Junta incremente su presupuesto. Mientras tanto, las obras ni siquiera se han licitado, lo cual está previsto para enero.
“Identidad de grupo”
Ayer mismo, la delegada municipal de Educación, Laura Álvarez, aseguraba que el Ayuntamiento ha pedido con urgencia un nuevo encuentro con la consejera de Educación tras haberse caído la primera fecha prevista. Además, consciente de que la situación que se presenta es “compleja”, Álvarez explicó que desde el Ayuntamiento “están buscando opciones alternativas con equipamientos municipales” para reubicarlos el próximo curso.
La titular de Educación coincide con los padres en que dispersar a los alumnos en otros centros desde un punto de vista pedagógico “no es la mejor opción” pues va en detrimento de la “identidad de grupo” y “de un centro educativo”.
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