Andalucía

El PP-A se estrella otra vez contra el muro de Sucesiones

El tercer intento de forzar una rebaja del impuesto vuelve a morir en la orilla tras cerrarle el paso PSOE, Podemos e IU. Cs lo apoyó pero con reproches.

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  • Moreno Bonilla -

 El Partido Popular dice canalizar el sentir mayoritario de los andaluces contra “las injusticias” del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, pero no hay forma de que ni una sola de sus iniciativas para combatirlo cristalice en el Parlamento regional. La formación que lidera Juanma Moreno lo intentó este miércoles por tercera vez en lo que va de legislatura, confirmando así que no piensa ceder en una batalla ya casi obsesiva contra el Gobierno de Susana Díaz que le obliga a cosechar más derrotas que alegrías. La proposición de ley que naufragó este jueves pretendía forzar al Ejecutivo socialista a bonificar en un 99% el tributo, lo que en la práctica implicaría su práctica desaparición.

No lo consiguió porque volvió a ocurrir lo mismo que en las tres ediciones anteriores: el PSOE se opuso y al grupo mayoritario se unieron Podemos e IU, partidarios ambos de mantener el impuesto porque defienden a capa y espada que erradicarlo sólo beneficiaría a las grandes herencias alejadas del contribuyente medio. Al final, 66 votos en contra y 42 a favor, insuficientes para ver triunfar el enésimo intento de Moreno. El PP-A sumó el apoyo de Carmen Prieto, diputada sin grupo, y de Ciudadanos, partido sometido a una paradoja en la parcela del Impuesto de Sucesiones: negocia con el PSOE cómo rebajarlo pero se alinea en las votaciones con los populares por coherencia con una reivindicación que ambos partidos defienden con la misma fuerza.

Eso sí, antes de confirmar su respaldo el líder de Cs, Juan Marín, se colocó frente al atril para lanzarle a Moreno una catarata de reproches. El primero le afeó que ni siquiera le hubieran enviado el texto de la proposición y ni mucho menos intentado negociar con ellos. También que el PP intente sofocar su soledad parlamentaria en ese tema buscando a Ciudadanos pero luego intente ridiculizar a éstos tachando de “mesa camilla” sus reuniones con el PSOE. Y por último, el argumento que comparte el grupo de Albert Rivera con el PSOE: si tanto le preocupa a Moreno Bonilla el Impuesto puede descolgar el teléfono y reclamarle a Mariano Rajoy una armonización a nivel nacional. “Si no te coge el teléfono el problema es tuyo”, ironizó Marín antes de recordarle al líder de la oposición que su problema es que no intenta forzar “el consenso” sino sólo buscar “titulares”. “Le he dado tres veces ya mi apoyo y espero que haga usted lo mismo cuando aquí se voten los Presupuestos”, le retó.

De nuevo estéril

En la defensa de su iniciativa Moreno Bonilla tiró del repertorio que tan pocos resultados le ha dado en el Parlamento. Cargó contra un tributo “que genera sufrimiento a las familias” porque en muchas ocasiones fuerza la renuncia a las herencias y que “arrebata a los andaluces lo que les pertenece”. Llegó incluso a hablar de “impuesto que grava la muerte”, “que penaliza el ahorro” y que provoca “la fuga de empresas y capitales” hacia otros territorios con márgenes más favorables. Nada de eso sirvió porque el resultado estaba cantado. Por mucho que Moreno insista no tendrá oxígeno durante esta legislatura para ver triunfar su propuesta de desterrar el impuesto.

Desde la filas del PSOE y del resto de partidos de izquierda (Podemos e IU) también sonó la misma sintonía de las anteriores ocasiones. Los socialistas dan por hecho que el impuesto bajará durante la legislatura pero por iniciativa propia y cuando sea, no porque lo exija el PP. Los otros dos grupos son partidarios de la supervivencia del tributo y de garantizar su progresividad.

Desplante de Díaz al debate

La imagen de los sillones verdes del Consejo de Gobierno fue desoladora durante el tiempo que duró el debate de la iniciativa presentada por el PP. Ni a Susana Díaz ni la a inmensa mayoría de sus consejeros les interesó lo que se discutía,  sabedores de antemano de que la proposición se iría al traste. Sólo aparecieron a la hora de votar. Los consejeros Jiménez Barrios y Montero fueron los únicos presentes. Antes de la votación fue necesario desalojar la tribuna de invitados al lucir varios de lo presentes pancartas a favor de la liquidación del tributo. 

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