Tras caer en las primarias del PSOE Susana Díaz hizo borrón y cuanta nueva, proclamó aquello de “ahora toca Andalucía” y a los pocos días anunció una batería de medidas de calado social para, según su propia definición, que la recuperación económica se note en los bolsillos de quienes más sufrieron los envites de la crisis. Entre los más beneficiados hasta ahora figuran los universitarios. A la medida estrella de la gratuidad de matrículas a partir del próximo curso para quienes cumplan y aprueben sus asignaturas se ha sumado este martes otro acuerdo del Consejo de Gobierno por el que los estudiantes con menor renta verán reforzada la posibilidad de obtener ayudas que les faciliten la obtención de títulos de idiomas. Y ya no sólo para el B1, sino también para niveles superiores e incluso para una segunda lengua.
La Consejería de Economía y Conocimiento movilizará 2,7 millones y confía en que se beneficien hasta 6.000 universitarios que recibirían como máximo 300 euros. Esas cantidades se podrán solicitar una vez realizadas las pruebas y obtenidos los títulos en cualquier centro público o privado y en dos modalidades: bien para dar el salto a niveles B2, C1 o C2 (compatible con las ayudas pioneras desde 2015 para el B1) o bien para cursar un segundo idioma en nivel B1. La Junta se marca como objetivo, tal y como resaltó el consejero Ramírez de Arellano, profundizar en el plurilingüismo de la formación universitaria, fomentar la internacionalización del alumnado e incrementar las posibilidades de acceso al mercado laboral.
Andalucía ya fue hace dos años la primera comunidad en fomentar con becas entre su alumnado de estudios superiores la obtención de un título en idiomas, obligatorio para los grados y másteres en aplicación de los dictados del Plan Bolonia. El año pasado se consignaron 3 millones para el programa del B1, pero el número de solicitudes fue menor del esperado y el remanente que sobró podrá utilizarse ahora. También se han simplificado los trámites con la implicación de las propias universidades.
Un “pero” de Ingenieros
En paralelo la Consejería de Economía perfila aún los detalles del mecanismo de gratuidad de matrículas para los alumnos que aprueben asignaturas en primera convocatoria. El sistema anunciado se ha topado con un escollo: el del supuesto diferente grado de dificultad de unas carreras y otras. Incide en ese nada inocente detalle el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Andalucía Occidental. La objeción es sencilla: cuanto más complicado sea para un alumno aprobar año a año por la dureza de su carrera más barreras habrá a la gratuidad. La cúpula de los ingenieros aplaude la medida pero alerta de que los planes de estudios de las carreras técnicas podría “perjudicar” a sus universitarios, de ahí que plantee la introducción de algún factor corrector.
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