El Obispo de Asidonia Jerez reflexiona sobre la actualidad de las hermandades de Jerez en una entrevista en la que cierra el debate sobre el Sábado Santo y abre otro sobre la permanencia del Sábado de Pasión en aras de reconducir la Carrera Oficial. No obvia ninguno de los temas candentes en El Cristo, Bondad o La Entrega.
“Las hermandades son como un árbol que necesita tener buenas raíces”
El pregonero de este año no ha hablado del Sábado Santo. ¿Es un debate cerrado?
—Esperemos que sí. Seguir con esa reivindicación no tiene razón de ser, porque tanto mis predecesores como yo hemos seguido la misma línea. Hay que vivir el Vaticano II. Está la Vigilia Pascual y ahí está invitado todo el mundo a vivir el Sábado Santo.
Pero sigue habiendo Sábado Santo en otras Diócesis e, incluso, en la nuestra, en Setenil.
—En Setenil no se ha dejado de celebrar procesiones por una serie de circunstancias, pero aquí se dejó de celebrar y no lo vamos a retomar. Donde desaparecieron las procesiones, desaparecieron. Aquí cuando se quitó el Sábado Santo todos, a lo mejor, estuvieron de acuerdo y ahora se quiere retomar. Ya es tarde. La medida se tomó en función del Vaticano II y no vamos ir en contra. En las renovaciones que se hacen en la Iglesia se trata de respetar lo que hay, no es como los políticos. Aquí se va poco a poco. En otras Diócesis seguía habiendo procesiones el Sábado Santo y no se podían quitar, por ejemplo en Sevilla donde también es verdad que altera poco a la Vigilia Pascual. Aquí sí la alteraría bastante. De todos modos, recuerdo, no fui yo quien quitó el Sábado Santo.
La reivindicación, de alguna manera, viene impuesta por la incorporación de nuevas Hermandades.
—Ahí está el Sábado de Pasión. Algunos dicen que se va a perder el Sábado de Pasión cuando no haya hermandades, pues está para meter a algunas hermandades.
¿La Sed y San Rafael van a ir ya el próximo año a Carrera Oficial?
—Se requiere un mínimo. Ya se verá. Hay que sopesar muchas cosas para ver si es conveniente que pasen a la Semana Mayor o es mejor ir creciendo en raíces como hermandad. Son cuestiones personalizadas. Para todos no es lo mismos. Hay la manía de convertirlo todo en ley. Es algo que irá en función del barrio, de la parroquia, de las propias hermandades...
Hermandades de un Sábado de Pasión que podría tener su Carrera Oficial .
—Es una cuestión que habrá que plantearse entre hermandades, Unión de Hermandades y Obispado. No estamos cerrados a nada.
Sigue cerrada la posible llegada de la Hermandad de La Entrega al centro de Jerez
—Habrá que sopesarlo muy bien. La hermandad de Guadalcacín es emblemática y es un referente allí. Igual viene y nos perdemos. No se trata solo de venir. Habrá que estudiarlo porque se pueden perder en la Semana Mayor. Ha pasado con hermandades que el Sábado de Pasión eran iluminadas con fuerza y en la Semana Mayor han quedado, digamos, que difuminadas. Sabemos lo que significa la Semana Mayor con bandas de música, costaleros y con grandes hermandades de tradición e historia.
Sigamos repasando. ¿Qué pasa con Bondad y Misericordia?
—Nada. Tenían una sede y estamos tratando de cambiarla. Lo que pretendemos es que no estén un año aquí y otro allí. Las hermandades están al servicio de la misión de la Diócesis, de la Iglesia. No me interesa tener siete hermandades en una iglesia, sino que en una barriada haya una hermandad. Entramos en el trabajo pastoral de toda la Diócesis y algunas veces he dicho que algunas hermandades del centro tendrían que plantearse irse a una barriada. No se descarta eso, aunque eso no quiere decir que yo vaya a mandar a nadie a sitio alguno. Hay que ver el plan pastoral de la Diócesis. La razón de ser de las hermandades es una misión, un potestación de fe, llevar la fe, ser testigos de la fe y hay que vivir donde se pueda hacer más intensamente para desarrollar la misión con más fuerza.
¿Las hermandades se pueden perder en estas circunstancias?
—Habría que plantear alguna vez el tema de la Carrera Oficial, del dinero que se recibe si se entra o no. Con las hermandades y la población que tenemos ya está bien, porque no se trata de sacar una imagen a la calle. Las hermandades son como un árbol que necesita tener buenas raíces para que vaya creciendo y cuando llegue una época de sequía tenga resortes para que siga dando frutos. Digo esto porque hay hermandades que tienen una historia, tradicióny raíces fuertes, otras que tienen grandes devociones populares como, por decir algunas, el Nazareno, el Cristo, Prendimiento...me da miedo decir estas cosas porque son devociones que traspasan la frontera de Jerez. La Yedra..., grandes hermandades con mucha tradición como el Santo Crucifijo y no quiero seguir nombrando, porque son hermandades de tradición de familia, como la Amargura, con mucha historia. Y nuevas hermandades que están haciendo barrio. El Soberano Poder es barrio. Hermandades que le dan identidad al barrio, a la parroquia, como San Benito. Hermandades que el barrio estaba pidiendo a voces, como Las Viñas. Son hermandades que vienen al centro y llegan arropadas. ¿Crear nuevas hermandades en parroquias que no tienen identidad de barrio o tienen cubierta su fuerza? A lo mejor, no, o, tal vez, que alguna hermandad se vaya a esa barriada. El arbolito en la maceta no tiene futuro. Prefiero que lo vayamos haciendo nosotros y no no nos tengamos que sentar.
¿Y la Hermandad del Cristo?
—Muy bien
Los problemas con los cargadores...
—No tengo ningún problema con ellos. La Hermandad del Cristo, como tiene mucha devoción tiene mucha vida. Nosotros aplicamos las normas diocesanas y el Derecho Canónico. La Iglesia es sabia. Las Hermandades tienen siglos y tienen detrás la experiencia de la Iglesia. Hay unas reglas, unas normas diocesanas que cumplir para evitar problemas. Y con el Cristo aplicaremos las normas a unos y a otros. La Hermandad es una familia y en qué familia no hay problemas. Yo siempre digo que tranquilidad, que esto lleva muchos siglos y antes que ellos se han peleado otros y no pasa nada. Cuando el Cristo está en la calle esa devoción popular anula cualquier política cofrade. El Cristo está en la calle y se acabó. Se va con el Cristo, se pide al Cristo, se le mira a los ojos y se olvida la política cofrade. Cuando hay grandes devociones corremos el riegos de que haya más tumulto. Con la Hermandad reglas, normas y Derecho Canónico.
Reglas como la de regular las procesiones extraordinarias
—Aunque a pesar de eso no nos faltan. Siempre hay alguna que cumple algo. No podemos tener una Semana Santa permanente. La grandeza de la Semana Santa es el sentido del Misterio. Lo vemos este año y no sabemos si lo veremos el año que viene. Cuando se cumpla una efemérides seamos creativos. Sacar un paso es muy fácil. Tenemos que buscar otras formas de celebración.
La Virgen de la Amargura va el 8 de diciembre a la Catedral.
—Tenían pendiente la celebración del 75 aniversario del año pasado que no pudo ser por las salidas de Prendimiento, Buena Muerte, la Hermandad del Perdón que vino a la Catedral y como tenemos que celebrar el voto de la Inmaculada se pensó en que viniese una Virgen y se lo propusimos a la Hermandad de La Amargura y ellos han decidido que sí.
Si todos los que procesionamos en Semana Santa fuésemos a misa, las iglesias se quedarían pequeñas.
—El Evangelio nos enseña mucho en torno a la religiosidad popular. La mayoría se acercaban a Cristo porque hacía milagros, otros por curiosidad. Los 72 eran 72 pero salieron de la muchedumbre o la mujer hemorroisa o el leproso. Lo importante es que no falten los 72 y que todo el mundo se sienta querido y perdonado por el Señor. Casa Semana Santa se vive el Evangelio, habrá una mujer hemorroisa, alguien que toque el manto. En Semana Santa se actualiza la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Hay tiempos especiales para mirar a Jesús, sentirse salvado, sanado.
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