Jerez

La jornada más joven de la Semana Santa tuvo aires de despedida

La Sed y La Salud de San Rafael pudieron procesionar por última vez en un Sábado de Pasión que estrenó la túnica nazarena de La Misión

Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Cargando el reproductor....

Además de viento de levante -molesto y desagradable en ocasiones- la tarde del Sábado de Pasión ha parecido tener ciertos aires de despedida, toda vez que salvo sorpresa mayúscula La Sed y La Salud de San Rafael se incorporarán el próximo año a la nómina de cofradías que hacen estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, siguiendo de este modo el camino que ya tomaron otras corporaciones que pasaron por esta jornada de vísperas, como La Clemencia, El Consuelo, Soberano Poder, Redención, La Paz, Humildad y Paciencia o Pasión, a la que este Sábado ya se echó en falta. 

La permanente evolución a la que asiste este preludio del Domingo de Ramos permitió esta vez la presencia por primera vez en la calle de los nazarenos de la Hermandad de la Misión, que fue erigida como tal hace justo un año. Fue al filo de las cinco y cuarto de la tarde cuando la barriada de Picadueñas saludó a estos nazarenos, que visten una túnica claramente inspirada en el hábito mercedario. Esa fue la principal novedad de una cofradía cuyo único paso estuvo comandado por Manuel Monje y contó con el acompañamiento de la Banda de Cornetas y Tambores Cristo del Mar, de Vélez-Málaga.

A esa hora acababan de iniciar también sus recorridos procesionales la Hermandad de la Salvación y la Salud de San Rafael, dos corporaciones que tratan de asentarse en Las Torres y Federico Mayo, respectivamente, y que al igual que el resto de las cofradías integradas en este Sábado de Pasión dan primavera tras primavera pequeños pero seguros pasos en ese necesario trabajo de consolidación de todos aquellos proyectos que están iniciando su andadura.

El nazareno de la Salvación contó con el acompañamiento de la Banda de Cornetas y Tambores de la Salud, de Córdoba; mientras que la jerezana Agrupación Musical San Juan hizo lo propio con el de la Salud de San Rafael, una imagen bastante destacable del escultor sevillano Fernando Aguado. Justo Asencio e Ildefonso Oñate estuvieron al frente de las cuadrillas de costaleros de La Salvación y La Salud, respectivamente.

Es probable que de aquí a un año veamos ya a este nazareno en la Carrera Oficial, algo que también parece debe ocurrir con el Cristo de la Sed, otra de las imágenes que llaman poderosamente la atención de quien la contempla.

La cofradía de Puertas del Sur puso rumbo al centro a las cinco y media de la tarde. El mayor logro cosechado por esta corporación en poco tiempo ha sido dotar de un cierto carácter de barrio a una zona residencial de reciente construcción en la que apenas existían referentes de vida en comunidad. Empieza a advertirse ya esa sensación de barrio cuando el crucificado avanza hacia Cuatro Caminos y asciende por la calle Puerto en busca del corazón de la ciudad. El Cristo de la Sed volvió a contar con el acompañamiento de la Banda del Rosario de Cádiz, todo un lujo para la Semana Santa de Jerez que disfrutó en gran medida la cuadrilla de costaleros mandada por Alberto Millán.

La ‘penúltima’ barrera
Guadalcacín se ha quedado ya pequeño para la Hermandad de la Entrega, convertida desde hace varios años en referente de esta pedanía que se antoja una avanzadilla del Jerez rural. En el seno de la cofradía se piensa -casi se sueña- con hacerse presente en el centro de la ciudad. Es cierto que para ello sería necesario franquear alguna que otra barrera, pero ya hubo en el pasado hermandades que hicieron cotidiano lo que antes parecía imposible.

Tanto el Señor de la Entrega como las primeras imágenes del grupo escultórico que le acompaña -de Navarro Arteaga- merecen que se intente la aventura. El único paso de la cofradía estuvo acompañado por la Agrupación Musical de la Sentencia, estando Pedro Calleja al mando de la cuadrilla de costaleros.

La Mortaja es una hermandad de vísperas atípica, ya que su creación no fue promovida por ningún colectivo de jóvenes y no reside en ningún barrio de la periferia. Quizá por eso no se la ve como una cofradía en construcción cuando sale a la calle. El cortejo partió de la iglesia de Capuchinos a las nueve y media de la noche, evitando la luz del día y sufriendo en menor medida que el resto los estragos del viento de levante. La música de capilla acompasó el caminar costalero de la cuadrilla comandada por Martín Gómez Moreno. La cofradía hizo estación de penitencia en San Dionisio, si bien el paso no puede acceder al interior de este templo dadas sus enormes dimensiones.    

Partiendo las cinco cofradías -excepción hecha de La Entrega- de barrios periféricos y teniendo en cuenta que no confluyen en la Carrera Oficial, sí fue posible contemplarlas en lugares céntricos como San Miguel, Arenal o Esteve -La Sed y La Salud- o calles como Ancha y Porvera -La Salvación y Misión-. Y fue allí, en el corazón de la ciudad, cuando estas cofradías esbozaron su futuro e impregnaron de cierto aire de despedida a un Sábado de Pasión que parece condenado a ir despidiendo hermandades...

 

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN