Familiares y seres queridos despidieron este jueves a la niña jerezana de cuatro años que murió el pasado martes tras ser atropellada junto a su hermano de seis años por un todoterreno en uno de los viales del interior del camping La Rosaleda, en Conil. Rota de dolor, su familia le dio el último adiós en un funeral celebrado a primera hora en la Iglesia de Cristo Resucitado del Tanatorio de Jerez.
Hasta allí se trasladaron compañeros de profesión del padre de la pequeña, policía nacional de Jerez y muy querido en la Comisaría, amigos, allegados y miembros de la comunidad educativa del CEIP San José Obrero, donde estudiaba la menor, con su hermana melliza y su hermano mayor de seis años, que permanece ingresado en el Hospital Puerta del Mar.
El colegio, muy cerca del domicilio de la familia, ha declarado tres días de luto por el trágico suceso que investiga la Policía Judicial de la Guardia Civil. La alcaldesa, Mamen Sánchez, visiblemente afectada, también acudió al tanatario para mostrar su pésame a los padres de la pequeña, acompañada por el delegado de Seguridad, Francisco Camas, y el jefe de la Policía Local, Javier Andrada.
Tras la misa, el coche fúnebre, cargado de coronas de flores, entre ellas de la dirección y el personal del camping La Rosaleda y del equipo de prebenjamín de Guadalcacín, se dirigió al cementerio de Nuestra Señora de La Merced para dar sepultura a los restos de la menor y rendirle su último homenaje.
Posteriormente, a las puertas del Ayuntamiento, que ha decretado tres días de luto en señal de duelo, se guardó un minuto de silencio, roto solo por los aplausos de los asistentes, entre los que nuevamente hubo una amplia representación de la Policía Nacional, para mostrar sus condolencias a la familia, además del representantes de la Corporación municipal.
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