El presidente sirio, Bachar al Asad, descalificó como "vergonzoso" el informe de Amnistía Internacional (AI) que denunció la ejecución de miles de personas en la cárcel de Saidnaya, y dijo que se sustenta en "alegaciones" pero sin pruebas.
Asad, en una entrevista a dos medios franceses -"Europe 1" y "TF1"- emitida hoy, insistió en que el informe de AI, donde se habla de hasta 13.000 ejecuciones en esa prisión en las proximidades de Damasco, "está basado en alegaciones" y en que "no se habla de hechos".
Hizo hincapié en que "sólo" se dan los nombres de 36 personas ejecutadas, en que los autores del estudio han interrogado a "opositores" y "desertores", en que lo que se hace en esa cárcel "todo es legal", en que "no se puede hacer cualquier cosa", y en que la pena de muerte es legal en Siria desde su independencia y el Gobierno puede utilizarla, "de acuerdo con la ley".
También aseguró que, en contra de lo que sostiene AI, no hay tortura: "para qué torturar", "qué ganamos", "eso sería en interés de los terroristas", "si cometiéramos tales atrocidades haríamos el juego de los terroristas (...) y no tendríamos el apoyo popular que tenemos al cabo de seis años" de guerra.
A la cuestión de si se siente legitimado para continuar al frente de su país después de 17 años en el poder y de una guerra que ha causado 300.000 muertos, el presidente sirio replicó que luchan "contra el terrorismo para defender al pueblo", que eso "es un deber que deriva de la Constitución y de la ley" y que si no lo hiciera habría más sirios muertos.
En cuanto a la posibilidad de convocar elecciones, argumentó que será al final de la guerra cuando se podrán contemplar "todo tipo de soluciones", pero hasta entonces la única cuestión es si el pueblo le apoya en la contienda o no.
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