Cara y cruz en la delicada situación financiera y de negocio que atraviesa la antaño mayor constructora de Andalucía, la firma Sando (cuya sede social está en Madrid pese a que la familia Sánchez Manzano que la controla es oriunda de Málaga). El grupo, según recogen sus últimas cuentas anuales de 2015 depositadas hace unas semanas en el registro mercantil, tiene pendiente de pago 1,7 millones de euros a su consejo de administración, que ya cobró el año pasado 805.000 euros. Esos 1,7 millones que la empresa adeuda a los cinco miembros de la familia que se sientan en el consejo se corresponden con un denominado “premio por permanencia” que se recoge en los Estatutos Sociales de la empresa.
En el consejo se sienta el fundador de la empresa y su presidente, José Luis Sánchez Domínguez, su hijo y consejero delegado, Luis Sánchez Manzano, y tres hermanos (Esther, Juan Ángel y Rosana). La alta dirección de la empresa (el consejero delegado y el presidente) ya cobraron además otros 900.000 euros por sus funciones en 2015.
Esa millonaria cantidad pendiente de pago por permanecer en la empresa de la que son propietarios únicos se mantiene pese a que Grupo Sando (sociedad hólding) estuvo este año técnicamente en disolución ya que el patrimonio neto del grupo se situó en 480 millones de números rojos a cierre de 2015. Un acuerdo de refinanciación de deuda con sus bancos acreedores sobre los casi 600 millones de pasivo pendiente permitieron a Sando evitar su desaparición y seguir adelante sujeta al cumplimiento de un estricto plan de negocio hasta 2020.
Subrogación
Plan sustentado sobre el crecimiento del negocio en construcción y medio ambiente (que deben cerrar 2016 con ingresos de 115 millones y 30 millones, respectivamente, un 5% y un 11% más que en 2015). La refinanciación sigue a la ya realizada en 2011 y se ha firmado con 18 bancos, que permiten al grupo pagar el principal a final de 2020 y no a final de 2017. La entrada de Sando en causa de disolución es lo que echó por tierra el acuerdo de 2011 y obligó a negociar uno nuevo.Los bancos podrán tomar hasta el 40% de Sando si incumple el plan de reestructuración.
A cierre de 2014, el agujero patrimonial era de 284 millones, y se incrementó casi doscientos millones más por las pérdidas netas de 197,6 millones registradas en 2015. A su vez, esos números rojos proceden del deterioro del valor de una participación del 54% que Sando posee en la promotora Desarrollo Urbanístico Sevilla Este (Duse). La sociedad se ha anotado toda esa pérdidas al reducir a 0 euros el valor de esa participación: Duse exigiría una gran inversión que no encaja en el plan de negocio.
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