El ex primer ministro François Fillon se coronó hoy como candidato del centro-derecha a la Presidencia de Francia en 2017 tras imponerse sin sorpresas a Alain Juppé en la segunda vuelta de las primarias.
Su programa ultraliberal y ortodoxo, que él mismo califica de "radical", arrasó al conquistar en torno al 67 % de los más de cuatro millones de electores que, a la espera de las cifras definitivas, acudieron a las urnas en Francia.
En la primera vuelta su triunfo, con el 44,1 % de los votos, fue inesperado y logró desbancar de la carrera presidencial al exjefe de Estado Nicolas Sarkozy.
En esta ocasión, quien fuera número dos de Sarkozy durante su mandado entre 2007 y 2012 ya era el favorito, con los sondeos a su favor y una movilización cada vez más numerosa en sus mítines públicos.
Según señaló hoy ante sus seguidores, ha sido una "victoria de fondo, que ha roto con todos los escenarios escritos de antemano" y que está construida sobre sus convicciones.
"En nuestro país hay una inmensa necesidad de respeto (...) Tengo el deber de devolverle la confianza a los franceses, de vencer el inmovilismo y la demagogia", añadió el candidato, que consideró que el socialista François Hollande ha "rebajado" la función presidencial y prometió restaurarla.
Nacido en Le Mans (oeste) hace 62 años, casado con una galesa y padre de cinco hijos, Fillon tiene en la liberalización de la economía y en la afirmación de valores tradicionales sus ejes prioritarios.
Con ese giro conservador, que ha sabido presentar como rupturista, aspira a frenar la previsible fuerza de la ultraderechista Marine Le Pen, a la que todas las encuestas colocan ya en la segunda ronda de las presidenciales de abril y mayo del próximo año.
Juppé, en cambio, deja escapar a sus 72 años prácticamente el único puesto que le faltaba en su currículum político, tras una campaña en la que esta última semana fue criticado por juego sucio.
"El resultado no está a la altura de mis esperanzas (...). Felicito a Fillon por su amplia victoria y le apoyo desde esta noche, le deseo buena suerte y la victoria el año que viene", dijo el actual alcalde de Burdeos, que se centrará a partir de ahora en ese cargo.
Su suerte quedó fijada hoy en las más de 10.220 mesas electorales habilitadas en escuelas, ayuntamientos u otros locales públicos, que abrieron de las 08.00 hora local (07.00 GMT) hasta las 19.00 (18.00 GMT).
Con estas primarias, gestionadas por una Alta Autoridad independiente, los partidos del centro y la derecha (y sobre todo la gran formación de ese espectro, Los Republicanos) se prestaron por primera vez a este ejercicio abierto, y han visto respaldado ese paso con una participación ciudadana masiva.
En total, hubo seis candidatos de Los Republicanos (Fillon, Juppé, Sarkozy, Nathalie Kosciusko-Morizet, Bruno Le Maire y Jean-François Copé), y uno del Partido Cristiano-Demócrata (Jean-Frédéric Poisson).
Elegido ya el líder que marcará a los conservadores el camino al Elíseo, la división de la izquierda y un sistema electoral a dos vueltas que tradicionalmente ha penalizado al Frente Nacional (FN) parecen facilitarle esa labor.
La ruptura de la izquierda, a la espera de sus propias primarias en enero, ante las que Hollande todavía no se ha declarado candidato, se hizo hoy más evidente después de que el actual primer ministro, Manuel Valls, dijera estar preparado para dar el paso de presentarse.
"Quiero romper esa mecánica que nos conduciría a la derrota, ante esa idea de que la izquierda no tiene ninguna posibilidad", señaló este último en el semanario "Le Journal du Dimanche", provocando un nuevo terremoto político que ha hecho especular con que podría haber en breve una nueva remodelación gubernamental.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es